Por: Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú
Recientemente se dio a conocer la aprobación por parte de Senace de la segunda Modificación del Estudio de Impacto Ambiental (MEIA) de la unidad minera Inmaculada, localizada en Ayacucho y propiedad de la empresa Hochschild. Una excelente noticia no solo para la industria minera, sino para el país.
Este proyecto denominado Reposición Inmaculada contempla una inversión de US$4,436 millones, entre capex y opex, para extender la vida útil de esta mina de oro y plata hasta el 2041. Esta segunda MEIA recibió previamente la aprobación de la Autoridad Nacional del Agua y Sernanp.
Cabe señalar que Reposición Inmaculada es un claro ejemplo de un proyecto brownfield, es decir, un emprendimiento que surge a partir de una mina en operación. Este tipo de proyectos se desarrollan en la misma huella operativa y, por ende, deberían obtener sus permisos más rápidos que otros emprendimientos.
Son inversiones que tienen la virtud de tomar menores riesgos técnicos porque sus operadores ya conocen la geología de sus respectivos yacimientos, su minería y su metalurgia. Pero, sobre todo, tienen un retorno más pronto de la inversión.
En esa línea, consideramos que promover el avance de proyectos brownfield desde el gobierno será sumamente importante no solo para incrementar nuestra producción minera, sino, sobre todo, para reactivar nuestra economía en el corto plazo y poder mantener la transferencia de recursos a las regiones.
Ahí tenemos proyectos como Reposición Antamina (Áncash), Ampliación Toromocho (Junín), Integración Coroccohuayco (Cusco) o el mismo Chalcobamba (Apurímac), que tranquilamente nos podrían ayudar a conseguir dicho objetivo. Es algo que debemos considerar, en paralelo con el esfuerzo de sacar adelante los proyectos de gran dimensión.
Es muy importante seguir mejorando en cuanto a la agilización de permisos y que Perú sea percibido como una jurisdicción atractiva para los inversionistas mineros, pues necesitamos inyectar la mayor cantidad de capitales en nuestra economía.
De otro lado, un tema que no debemos perder de vista es lo que viene ocurriendo en el distrito de Pataz, en la sierra de La Libertad, con el avance de la delincuencia y criminalidad, que no solo viene afectando a los pobladores de la zona sino a empresas como Poderosa, una de las principales productoras de oro en el país.
Dicha empresa informó que debido a frecuentes ataques de delincuentes ligados a la minería ilegal y organizaciones de procedencia extranjera, redujo su producción de oro en 60% en julio en comparación al mes anterior. Lo más lamentable es que estos hechos han costado la pérdida de siete trabajadores.
Por ello, instamos al Estado peruano a tomar una actitud más firme para resolver esta problemática. Sería importante por lo pronto iniciar las coordinaciones para contar desde ya con una dependencia policial en la zona, que trabaje de la mano con el Ministerio Público, para poder neutralizar rápidamente a estas bandas.
Fuente: IIMP