La Bolsa de Metales de Londres (LME) ha descubierto en un almacén de Rotterdam sacos de piedras en lugar del níquel en el que se basaban algunos de sus contratos, en una revelación que asestará un nuevo golpe a la confianza en la asediada bolsa.
La cantidad de metal representa sólo el 0,14% de las existencias de níquel de la LME, por valor de 1,3 millones de dólares a los precios actuales, por lo que el impacto inmediato en los mercados de metales es limitado.
Pero el sorprendente anuncio tiene implicaciones mucho más amplias: en un sector plagado de escándalos, los contratos de la LME se consideran incuestionablemente seguros. La noticia de que incluso algunos de ellos se han visto comprometidos suscitará nuevas preguntas sobre sus sistemas y procedimientos, mientras que la bolsa, con 146 años de antigüedad, aún se debate entre las secuelas de su última crisis del níquel.
John MacNamara, director ejecutivo de Carshalton Commodities Ltd. y veterano banquero especializado en la financiación del comercio de materias primas, escribió en LinkedIn: “Los certificados de depósito de la LME solían ser el patrón oro de los certificados de depósito en todo el mundo, tratados como un equivalente casi en efectivo”. “Algo ha ido terriblemente mal en la LME”.
También llega en un momento tenso para el mundo de los metales en general, después de que el gigante del comercio Trafigura Group revelara en febrero que había sido víctima de un vasto presunto fraude relacionado con la desaparición de cargamentos de níquel. La noticia de que una empresa tan poderosa como Trafigura se enfrenta a pérdidas de cientos de millones de dólares ha asustado a otros miembros del sector y ha llevado a algunos a comprobar sus propios cargamentos de metales.
Sin embargo, el único lugar donde el metal siempre se ha considerado perfectamente seguro es una vez que se ha registrado “on warrant” en un almacén aprobado por la LME. Los contratos de la LME, que son la referencia mundial de metales industriales como el aluminio, el cobre y el níquel, se sustentan en metal físico en la red de almacenes de todo el mundo: cualquier operador que tenga un contrato a la entrega recibe un paquete de metal en un almacén registrado en la LME.
La LME descubrió el problema tras recibir informes de que parte del níquel entregado en un almacén de Rotterdam contenía bolsas de piedras en lugar de briquetas de níquel. El almacén está gestionado por Access World, según personas familiarizadas con el asunto. La empresa era anteriormente propiedad de Glencore Plc, y en enero dijo que había sido adquirida por Global Capital Merchants Ltd. (GCCM).