gas natural

Por Inocente Sedano, exfuncionario de Petroperú

Gestión ha publicado diversas notas sobre la masificación del gas natural. Una de ellas es “Perupetro evaluará trabajar junto a Camisea para masificar gas natural” (25.10.21) y otra: “Es falso que solo parte del gas quede en Perú porque Camisea lo exporta” (29.10.21). Por mi parte considero que la estrategia más adecuada es analizar el mercado potencial de usuarios actuales, sin incluir proyectos como el de la petroquímica y otras iniciativas. Hay que considerar que en nuestro medio el consumo doméstico es mínimo en comparación con otros países, además por el clima y por las costumbres locales el consumo potencial sería menor.

Hay que considerar que los otros combustibles líquidos como el diésel y GLP son commodities, ya que están sujetos a la variación de precios internacionales debido a que son derivados del petróleo, lo que no sucede con el gas natural. Por este motivo, su precio se ha mantenido con poca variación en los últimos años.

Dado que el Perú tiene una política centralista respecto a la industria y su población, la única estrategia para masificar el gas natural es considerar un precio único a nivel nacional, lo que se puede realizar a través de la Petroperú como distribuidor mayorista. Esta estrategia ya se aplicó con éxito en el pasado.

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Además, fuera de Lima los segmentos de mercado eléctrico e industrial son muy pequeños y solo se tiene como mayor demandante al segmento doméstico, por lo tanto, construir gasoductos no es factible. Por este motivo solo sería factible llevar el gas natural licuefactado (el cual se exporta en más del 60 % de su producción), que además por ley tiene la prioridad de abastecimiento para el mercado nacional.

Muchos indican que hay potencial para desarrollar la petroquímica, pero ya hace muchos años se demostró que no es factible porque nuestro gas natural no es tan competitivo como el de otros campos de producción, cuyos reservorios están a orillas del mar, mientras que el nuestro tiene que pasar por gasoductos a través de la selva, sierra y costa.

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Otro mercado potencial para el gas natural es sustituir el diésel, que se importa en alrededor de 27 millones de barriles por año y que representa para el Estado alrededor de 4 mil millones de dólares por año. La estrategia es que Petroperú, sola o asociada con alguna empresa privada, construya estaciones de servicio de gas natural en las principales carreteras de nuestro país. La empresa privada sola no lo haría por el momento porque no quiere correr el riesgo de los cambios de política gubernamental; además, la empresa privada solo aceptaría invertir en proyectos con recuperación de su capital en el corto plazo. El construir estaciones de abastecimiento de gas natural en las principales carreteras motivaría a que las empresas de transporte masivo inicien su conversión de diésel a gas natural. Actualmente no lo hacen porque no tiene abastecimiento en las principales vías. Esta iniciativa sería muy beneficiosa para la población porque los costos de transporte de sus productos bajarían y no habría el riesgo de subida del precio del gas natural intempestivamente como sucede con el diésel, ya que no es un commodity y el Estado no tendría que dar bonificaciones a los transportistas que usan diésel.

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El financiamiento que tendría que hacer Petroperú para construir estaciones de servicio sin tener suficiente demanda inmediata se recuperaría y sería rentable porque en unos dos años los camiones de transporte se verían obligados a convertir sus vehículos a gas natural y el país ahorraría importantes divisas.

En resumen, la estrategia más adecuada para masificar el gas natural no se centra en controlar la producción sino en mejorar las condiciones de la demanda potencial de usuarios actuales de diésel y GLP, mediante el establecimiento de un precio único a nivel nacional, mayor transporte de gas licuefactado en camiones a las regiones, y construcción de estaciones de servicio de gas natural en las principales vías. Esto contribuiría a reducir los costos de comestibles, descentralizar el Perú, reducir el riesgo de subidas de precio de combustibles, ahorrar divisas al país y reducir la contaminación ambiental.

Fuente: Gestión