La minera chilena Antofagasta redujo a más de la mitad su dividendo anual tras anunciar el martes una caída del 39% en su ganancia anual, debido a que los altos costos de los insumos, la reducción de la ley del cobre y una prolongada sequía en Chile afectaron a su producción de cobre.
Las acciones del grupo, que cotiza en Londres, bajaban un 2,4% a las 1051 GMT.
Antofagasta reiteró que espera que la producción de cobre, que cayó un 10% el año pasado, aumente durante 2023, mientras que la relajación de las restricciones por el COVID-19 en China y un creciente cambio hacia la energía verde deberían ayudar a aumentar el consumo.
“Sabíamos de cara a 2022 que iba a ser un año desafiante en términos de volumen, porque teníamos restricciones en la disponibilidad de agua”, dijo a Reuters el presidente ejecutivo, Iván Arriagada.
“Ahora que estamos finalizando la planta de delisanización en Los Pelambres (…) esperamos ver un crecimiento del volumen este año y el próximo”, agregó.
El cobre se utiliza en aplicaciones “verdes”, desde paneles solares a coches eléctricos, y la demanda de este metal está en auge a medida que países de todo el mundo tratan de llevar a cabo transiciones energéticas.
“A corto plazo, la mejora de la confianza en los productores de metales básicos y la escasez de inventarios de cobre permiten a los inversores centrarse en el potencial a largo plazo”, afirmó Tyler Broda, analista de RBC Capital.
Las ganancias de Antofagasta antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) para 2022 fueron de 2.900 millones de dólares y la minera declaró un reparto de dividendos total de 59,7 centavos para el año, todavía en línea con su política de pagar un mínimo del 35% de las ganancias netas subyacentes.
El EBITDA anual estuvo un 1% por debajo de las expectativas de RBC Capital Markets y un 2% por debajo de las estimaciones de consenso de Visible Alpha, según una nota de analistas de RBC.
Antofagasta realizó un desembolso récord a sus accionistas de 142,5 centavos por acción en 2021, por valor de 1.400 millones de dólares, cuando la subida de los precios del cobre le había ayudado a obtener el mayor beneficio de su historia.
Chile, donde Antofagasta explota cuatro minas de cobre, se enfrenta a una crisis del agua debido a una sequía que dura ya más de una década y que ha afectado a la minería y la producción de cobre.
El agua es necesaria en la fundición de cobre y en las concentradoras, que descomponen el mineral en bruto y lo transforman en material utilizable.
Antofagasta mantuvo el martes sus expectativas de producción de cobre para 2023.
El grupo también dejó sin cambios su previsión de gastos de capital para este año en 1.900 millones de dólares, ya que se ocupa de los gastos de desarrollo de minas en sus operaciones Centinela y los costos de los proyectos en su mina insignia Los Pelambres.
Fuente: Reuters