Fiscal del Medio Ambiente, Karina Garay, señala que todavía hay focos de minería ilegal. Alerta que se han hallado plantaciones de coca en espacios recuperados. “Venceremos”, dice.
“Las operaciones no tienen tregua. Estamos acá para quedarnos y llegar hasta el final”. Karina Garay Tapia, titular de la Fiscalía Corporativa Especializada en Materia Ambiental, se muestra optimista con la lucha emprendida contra la minería ilegal en La Pampa, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, en Madre de Dios.
Al recorrer el lugar, advertimos que el daño a la naturaleza es mayor a lo imaginado. Han pasado seis meses desde que inició la operación ‘Mercurio 2019’, y lo que hallamos son las huellas de 16 años de explotación descontrolada y criminal.
Contaminación de suelos y ríos por residuos químicos, por combustible, por el paso de vehículos y la mano del hombre.
También vestigios de otras actividades ilegales que florecieron cerca de La Pampa: lavado de activos, sicariato, trata de personas, prostitución, contrabando de combustible, armas y explosivos y extorsión.
Pero también señales de una actividad que ha alarmado a la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA): las plantaciones de coca.
“En La Pampa ya se han encontrado plantaciones de coca, no sabemos si es para el narcotráfico o para consumo, esto lo estamos investigando. Acá hay un trabajo de reforestación y de conservación, no tendría que haber ese tipo de cultivos”, señala Garay a La República.
No hay un registro oficial de las personas que se dedicaban a la minería ilegal, pero según el informe de Artisanal Gold Council, en La Pampa había 24 mil. Si se suma a los mineros que trabajaban en zonas autorizadas pero de manera informal, el número sería de 40 mil.
En La Pampa también se hizo la liberación de mercurio más grande de la región: alcanzó el 79.5% del total, lo que provocó la contaminación directa de los mineros y los pobladores.
Según la Policía, en el Perú se extraían 110 toneladas anuales de oro que no eran declarados. Más de la mitad, el 57.4%, provenía de La Pampa, lo que representaba una ganancia de miles de millones de dólares.
Pero la operación ‘Mercurio 2019’ ha permitido recuperar el control de gran parte de las minas ilegales en La Pampa.
Quedan algunos focos
La fiscal Karina Garay, encargada de liderar estas operaciones, explicó a La República que “todavía hay algunos focos que se resisten a salir. Los mineros son muy hábiles, saben que para la Policía es difícil ingresar, están en lugares de difícil acceso, ocultos en el bosque”.
No obstante, se han detectado tres puntos claves y en los próximos días se harán coordinaciones con la Policía y las Fuerzas Armadas para “atacar”. “Tenemos información que en el río Malinowski están trabajando de noche. Vamos a controlar la hora nocturna y erradicarlos” indicó.
Explicó también que hay otros puntos hacia el lado norte, a la altura del kilómetro 134 de la Interoceánica. “Vamos a llegar a las ‘cabezas’, a los cabecillas, no solo al trabajador”, aseguró.
-¿Porqué antes las operaciones no tenían éxito?
-“Había mucha infidencia y sentíamos mucha impotencia. Ellos (los mineros) sabían de los operativos, llegábamos y solo encontrábamos balsas o campamentos abandonados. Tenían su aparato de inteligencia, sabían cuándo salíamos en caravana y nos causaba impotencia porque había personal corrompido”.
-¿Eso ha cambiado?
“Sí. Cuando hemos detectado a algunos comprometidos en infidencias hemos actuado. Hay un mayor de la Policía que está en investigación”.
Extorsión y asesinatos
La Pampa empezó a ser invadida hace 16 años por foráneos que eran movidos por la fiebre del oro. Los buscadores de ese mineral llegaron de Puno, Cusco, Iquitos, Pucallpa y también de Bolivia y Brasil.
A ellos se sumaron los pobladores de Madre de Dios que tenían la esperanza de ganar dinero, pero en la mayoría de casos quedaron más endeudados de lo que entraron.
Y es que las mafias que controlaban el territorio les hacían pagar por trabajar en las minas para mantenerse bajo improvisadas estructuras de palos y plásticos, obtengan o no el mineral. También debían pagar para tener “seguridad”.
Las extorsiones las pagaban todos quienes tenían algún tipo de negocio relacionado con la mina. Los negocios (discotecas ‘prostibares’, venta de combustible) que se entablaron alrededor de la actividad ilegal eran manejados por sicarios.
“Si no cumplían con pagar cupos, los mataban, los quemaban y los enterraban en fosas”, señala la fiscal Garay.
Tráfico de combustible
-Pero doctora, sin combustible no existiría La Pampa.
-“Desde hace un año se incrementó el trabajo preventivo de combustible. Antes se detenía, mínimo, a una persona diaria, ahora hay uno o dos a la semana; esto debido a un trabajo articulado entre la fiscalía, la Policía y la Sunat”, señala.
Garay recuerda que en la misma Pampa hubo tráfico de combustible boliviano. “Entra por Lechemayo (Puno) y Quispicanchis (Cusco)”.
Pero también hay algunos grifos en la ciudad que estarían abasteciendo a los mineros ilegales.
Víctimas invisibles
Sobre la trata de personas, explica que muchas menores que eran explotadas sexualmente en La Pampa se encuentran en albergues o fueron entregadas a sus padres.
Sin embargo, precisa que el problema surge con las mayores de edad, sobre todo con las venezolanas y colombianas. “No hablan, deben estar coaccionadas y protegen a los tratantes. No se dan cuenta de que están abusando de ellas”.
-¿Tiene algún sueño?
“Sí, ver a La Pampa verde”.
La fiscal asegura que el Perú sí está defendiendo su Amazonía. “Estamos luchando por algo de todos. Acá nos vamos a quedar. En dos años La Pampa será solo un triste recuerdo”.
En ocho meses hubo 1.278 delitos contra el patrimonio
– El general César Manuel Vallejos Mori, jefe de la XV Macro Región Policial Madre de Dios, señala que entre enero y agosto se cometieron 1278 delitos contra el patrimonio y que hubo 1632 denuncias por violencia familiar, mientras que en el mismo periodo del año pasado se registraron 1079 y 865, respectivamente.
Sin embargo, señaló que en los últimos tres meses se ha reducido el índice del delito entre un 40 y 60 por ciento en promedio.
Dijo que algunas bandas llegan del Cusco, Puno y Tacna. “En este mes (agosto” se han desbaratado dos grandes bandas, una de ellas operaba en el corredor minero. También se capturó a ‘Los Rápidos y Furiosos’, cuyo líder es un delincuente limeño.
Fuente: La República