El mercado del oro ha vivido días de gran volatilidad. Después de alcanzar máximos históricos, el precio del metal precioso ha experimentado un fuerte retroceso, impulsado por señales de desescalada en la guerra comercial mundial, particularmente entre Estados Unidos y China. Según el reporte de Tina Teng para Euronews, tanto el oro al contado como los futuros del oro cayeron aproximadamente un 6,5% desde los picos alcanzados la semana pasada.
Esta caída se atribuye a que los inversores, percibiendo una disminución de la necesidad de refugiarse en activos seguros, comenzaron a tomar beneficios. De acuerdo con estrategas de Barclays Plc, “el repunte del oro está yendo por delante de los fundamentales y parece técnicamente estirado tras la reciente subida”. Además, Bloomberg informó que los fondos de cobertura han recortado sus posiciones largas netas en futuros y opciones sobre el oro a mínimos de más de un año.
Michael Brown, estratega jefe de investigación de Pepperstone, indicó que “esto podría sugerir que el metal amarillo podría sufrir más caídas, que podrían verse exacerbadas por la salida de algunos de los largos más débiles de lo que se ha convertido en una operación increíblemente saturada”, destacando también que el interés comprador se ha reducido especialmente en Asia.
La influencia del euro en el comportamiento del oro en 2025
El fortalecimiento del euro ha sido un factor clave en el comportamiento del oro durante 2025. La incertidumbre económica derivada de las políticas arancelarias del presidente Donald Trump incrementó la demanda de activos refugio. Como resultado, el oro ha superado los mercados mundiales, registrando un aumento superior al 25% en lo que va del año.
La caída del dólar estadounidense ha sido otro de los motores principales. El fenómeno conocido como “excepcionalismo estadounidense” ha perdido fuerza, provocando un debilitamiento del dólar frente al euro. El par EUR/USD ha subido un 11% desde febrero, lo que ha impulsado aún más el atractivo del oro. En palabras del Consejo Mundial del Oro, “la fortaleza del euro y, por tanto, la debilidad del dólar estadounidense fue una vez más un motor clave del comportamiento del oro, junto con un aumento del riesgo geopolítico que capta los temores arancelarios”.
El fortalecimiento del euro también abarató el precio del oro para los inversores europeos. Durante marzo, las compras de ETF de oro en Europa alcanzaron los 1.000 millones de dólares (880 millones de euros), posicionando a la región como la segunda mayor compradora global.
Perspectivas a corto plazo: riesgos a la baja para el oro
A pesar de su sólido desempeño en los primeros meses del año, el oro enfrenta riesgos a corto plazo. Entre los factores destacan el desvanecimiento del sentimiento de aversión al riesgo, señales de sobrecompra técnica, riesgos de liquidez y una posible ralentización en las compras de los bancos centrales.
El cambio en la postura comercial de Donald Trump, anunciando su intención de reducir sustancialmente los aranceles a China, ha mejorado el sentimiento en los mercados bursátiles. La recuperación de las bolsas mundiales la semana pasada reflejó esta nueva expectativa, lo que, a su vez, redujo la necesidad de refugiarse en activos como el oro.
Por otro lado, el rápido ascenso del oro generó condiciones de sobrecompra, lo cual suele motivar a los operadores a recoger beneficios y a establecer posiciones cortas. Además, los mercados de opciones ya muestran señales claras de esta tendencia.
La dinámica de los bancos centrales y la liquidez global
El tercer factor de riesgo está relacionado con la posible disminución del ritmo de compras tanto de bancos centrales como de inversores particulares. El encarecimiento del oro podría limitar su accesibilidad para ciertos sectores del mercado minorista, afectando así su demanda.
Finalmente, las condiciones de liquidez global juegan un papel crucial. Los repuntes del oro históricamente se han visto respaldados por políticas monetarias expansivas y abundante liquidez. Sin embargo, los riesgos inflacionistas derivados de los aranceles impulsados por la Administración Trump podrían obligar a los bancos centrales a ralentizar sus recortes de tasas de interés, reduciendo el flujo de liquidez.
Asimismo, los esfuerzos del gobierno estadounidense por restringir el gasto público podrían generar una contracción adicional de la liquidez, añadiendo presión sobre los precios del oro.
¿Un refugio seguro a largo plazo?
A pesar de estos factores de riesgo, Michael Brown mantiene una perspectiva positiva a largo plazo para el oro: “Aun así, dada toda la incertidumbre y el tumulto en otros lugares, el oro sigue pareciendo una mejor apuesta como refugio que prácticamente cualquier otra cosa”.
La combinación de incertidumbre geopolítica, volatilidad económica y ajustes en las políticas monetarias sugiere que, aunque el precio del oro pueda enfrentar retrocesos temporales, seguirá siendo un activo fundamental para proteger el valor en tiempos de inestabilidad.
En conclusión, el comportamiento reciente del oro refleja la compleja interacción entre factores técnicos, económicos y políticos que dominan el escenario global en 2025. Mientras algunos actores del mercado toman distancia, otros ven en el oro una oportunidad estratégica para resguardar su capital ante los desafíos que aún persisten en el horizonte.