emisiones de autos en Europa

La Comisión, Parlamento y Consejo de la Unión Europea han llegado al acuerdo de reducir en un 100% el CO2 emitido por turismos y furgonetas en 2035, lo que supone una prohibición efectiva de la venta de vehículos con motores de combustión interna.

Esta medida viene con objetivos intermedios, como la reducción en un 55% de las emisiones de cara a 2030, en comparación con la cifra de 2021. Según las cifras de la Asociación de Constructores de Automóviles de Europa (ACEA), uno de cada cinco coches vendidos en el continente en 2021 fue enchufable.

Para finales de la década, esperan que esta cifra ascienda a un 60% en el mix de ventas. Esto supondría poner a la Unión Europea como la región del mundo con mayor adopción de la movilidad cero emisiones, algo en lo que va encaminada con la construcción de gigafactorías y la asignación de modelos eléctricos.

«Esta decisión sin precedentes tiene consecuencias insondables», afirma el presidente de ACEA y CEO de BMW, Oliver Zipse. «La industria automotriz europea ha afrontado el reto de proveer estos coches eléctricos, pero queremos ver que se cumplan las condiciones para llegar a los ambiciosos objetivos: energía renovable en abundancia, una infraestructura de recarga pública y privada, así como el acceso a materias primas».

Desde la asociación medioambiental Transport & Environment (T&E), «la UE necesita una estrategia industrial sólida que exija el uso de componentes locales en la fabricación de VE y baterías, para poder garantizar que los fabricantes de automóviles de la Unión sigan en primera línea en liderar la carrera global en este tipo de tecnología verde».

Según la responsable de Electromovilidad de la organización, Julia Poliscanova, «es imperativo que los fabricantes produzcan más vehículos eléctricos y baterías dentro de Europa. En lo que respecta a la demanda, es necesario contar con políticas que ayuden a las familias con bajos ingresos a acceder a los coches eléctricos».

Los miembros de ACEA solicitan una revisión intermedia de los objetivos de CO2 aprobados ayer, para evaluar si se están cumpliendo las metas establecidas en lo que respecta a las cuotas de mercado eléctricas o el desarrollo de la infraestructura de recarga.

Anteriormente, la asociación había considerado que una reducción del 55% en 2030 era «demasiado agresiva», para la que habría sido necesario instalar siete millones de puntos de recarga. Por ello, habían planteado que 2028 como una fecha tentativa para reevaluar los planes de descarbonización.

Desde ACEA contemplan el uso de combustibles sintéticos como una alternativa para la flota de coches térmicos aún circulando en el parque europeo. En palabras de la directora general de la organización, Sigrid de Vries: «La neutralidad tecnológica es esencial para que la industria europea se mantenga ágil para responder a las circunstancias cambiantes».

Fuente: ABC