Por: PhD. Vinio Floris, (Profesor de la Escuela de la Escuela de Postgrado GĚRENS y director de su Centro de Gestión del Agua y Medio Ambiente)
La 5ª Revolución Industrial (5IR, por sus siglas en inglés) está caracterizada por una intensa cooperación multinivel entre humanos y máquinas inteligentes. A diferencia de las anteriores, ésta se enfoca en el aspecto humano buscando una reducción de las brechas sociales en aras de buscar un mundo más equitativo y de mayor bienestar con la ayuda de tecnologías muy avanzadas de inteligencia artificial, robótica, metaverso, etc. Hay, sin embargo, un reto monumental y agresivo a nivel global que debe ser inmediatamente mitigado y que no es ajeno a la misma: el cambio climático y sus perversos impactos negativos.
A través de su historia, la Tierra ha tenido periodos gélidos y tórridos, pero nunca en tan poco tiempo y tan intensivos. El cambio climático de ahora es una combinación de eventos naturales (que siempre han existido) y antrópicos (que se han acentuado en gran escala desde la 1ª Revolución Industrial). Las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado la temperatura del planeta con el potencial de llegar a niveles que podrían ser letales para la humanidad y el medio ambiente en general.
En ese contexto, mediante diferentes foros de naciones y con el apoyo de expertos multisectoriales, la mayoría de las naciones y comunidades del mundo han acordado como meta fundamental no exceder para el 2100 los 1.5ºC del promedio de las temperaturas preindustriales. La meta es descarbonizar masivamente al planeta y regresar a una zona viable de gestión.
La ciencia advierte que es probable que temperaturas por encima de los 2ºC podría ocasionar situaciones de no retorno, con efectos catastróficos.
Qué hacer
Como es casi imposible revertir muchas actividades y eliminar productos/ sistemas existentes, los expertos coinciden que se tiene que disminuir significativamente la huella de carbono en la atmósfera.
Primero se tiene que reducir a gran escala la producción de emisiones mayormente relacionadas al uso de combustibles fósiles (el gráfico 1 muestra el pronóstico del avance de energías renovables y vehículos eléctricos y la disminución de la intensidad energética en la economía).
Segundo, urge avanzar aceleradamente y cerrar esa brecha con tecnologías “verdes” en forma muy extensiva. Es aquí donde los minerales cumplen un rol primordial. El gráfico 2 compara dos de las actividades claves (transporte y generación eléctrica) para alcanzar las metas del cambio climático. Se puede apreciar que no sólo se requieren ingentes cantidades de metales tradicionales (cobre y níquel, por ejemplo) sino aquellos “no tradicionales” (como el litio y cobalto).
Promesas Neto Cero
Países y organizaciones diversas (gubernamentales, privadas, etc.) han prometido metas de carbono neto cero en el futuro. Sin embargo, irónicamente las tecnologías que permitirían alcanzar esas metas están en desarrollo (no aún productivas) o se desconocen sus detalles. El gráfico 3 muestra que para el 2030 un aproximado del 18% de estas tecnologías están en desarrollo; para el 2050, alrededor de la mitad aún no están desarrolladas. Esta es una gran brecha por afrontar.
Con todo este contexto de apremiantes metas y restricciones, hay que pensar en el perfil multidisciplinario del profesional y líder en el combate del cambio climático.
TEMAS CLAVES POR FORMACIÓN E INCLINACIÓN PROFESIONAL
1. Innovación en ciencia y tecnología
Las decisiones deben estar basadas en la ciencia y deben servir como base de las políticas públicas y no lo inverso. Los futuros profesionales deben poner énfasis en tecnologías avanzadas, sin dejar de lado las apropiadas a regiones y sus comunidades. Adicionalmente, no se debe obviar las prácticas ancestrales como las de las sabias culturas antiguas. La innovación debe ser persistente y omnipresente; solo el cambio debe ser la única constante.
2. Alternativas financieras innovadoras
Es obvio que, si no hay sustentabilidad financiera de los proyectos planeados, no se alcanzará las metas trazadas. Existen herramientas financieras que han dado extraordinarios resultados como el “tope y canje” (cap and trade, en inglés) que han creado pilares de sostenibilidad y son valiosas experiencias replicables. Sin embargo, tienen que ser adecuadas a la nueva normalidad. La proliferación de bonos verdes y azules, canjes de carbono, etc. están creando poderosas herramientas de ingeniería financiera. Un profesional de 5IR debe estar consciente de este crucial mecanismo.
3. La rentabilidad social en la conservación del stock de carbono
Los ecosistemas terrestres y marinos capturan carbono a gran escala. El agresivo cambio del uso del suelo nos expone a emisiones de carbono por este medio. Un ejemplo patético es la Amazonía que alberga un ambiente de almacén de carbono (alrededor de 120 billones de toneladas) que, al ser destruida, nuestro mejor aliado se puede convertir en el peor enemigo. El profesional de esta generación debe entender y profesar que el ecosistema, que se ha dilapidado por siglos, es ahora una de las “fuentes de salvación”.
4. El rol de las ciencias sociales
Si esta es una revolución social, las ciencias que la estudian deben tener un rol protagónico. Es clave tener profesionales que entiendan que para cambiar prácticas y costumbres se tiene que desarrollar estrategias transformativas de mitigación.
5. Concertación
Los estamentos multiactores de la sociedad (Estado, sociedad civil, academia y empresa privada) tienen la obligación de participar activamente para crear un impacto resonante y efectivo. Esto no funciona si alguno de ellos es pasivo o, peor aún, ausente. Estos lideres tiene la responsabilidad de crear puentes de diálogo y concertación para alcanzar las metas propuestas.
6. Acción versus pasión
Los nuevos profesionales deben tener la aptitud para desarrollar e implementar medidas apropiadas para el cambio climático. Sin embargo, también se requiere que no sólo estén orientados a la acción sino que demuestren pasión y convertirse en verdaderos agentes de cambio.
Los Consejos de Recursos Hídricos es un estamento multiactor que esta constituido con la finalidad de hacer un uso sostenible de los Recursos Hídricos y forma parte de la Autoridad Nacional del Agua. Estos Consejos se han creado en 12 ámbitos del país y esta conformado por unidades hidrográficas de cuarto y quinto orden. Entre ellas Tumbes, Chira-Piura,, Chancay-Lambayeque, Chancay-Huaral. Jequetepeque- Zana, CHIRILU, Quilca-Chili, Malas-Omas- Caañete, Caplina-Locumba, Mayo, Mantaro, Pampas,-Apurimac, Vilcanota-Urubamba y Titicaca, Esta plataforma multisectorial la integran representantes de entidades públicas, privadas y Sociedad Civil, incluidas las comunidades campesinas y nativas. Un instrumento formulado son los Planes de Gestión que han sido trabajados de manera participativa con todos los actores de la cuenca y que tiene como enfoque la Seguridad Hídrica, siendo parte de sus componentes Cambio Climático y gestión de riesgos y Protección y Conservación del medio ambiente. Estos planes en 10 de los CRHC han sido validados por los actores y es un mecanismo que puede ser aprovechado para cumplir los retos del cambio climático.