Saúl Juárez Flores

Saúl Juárez Flores

Saúl Juárez Flores de 53 años, dice amar a la minería porque su padre trabajó en la Marcona Mining Company y a él le permitió tener una vida holgada, fue un “pit utility” en Antamina y líder de grupo hasta enero del 2009. Su capacitación la recibió de Antamina y lo certificó la firma Caterpillar para operar millonarios equipos. “Manejaba todas las máquinas porque si en algún momento tenía necesidad de sacar un equipo de una zona, no esperaba que venga el operador, yo mismo me subía (a la máquina)… estaba autorizado”, anota. Consultada por ProActivo, Antamina negó las acusaciones por contaminación y reveló que Juárez ingresó a la empresa con 20 años de experiencia en otras mineras. Lo cierto es que luego de 30 años en labores mineras tiene cáncer y una de las minas modelo en el mundo está en el banquillo sin comprender las demandas que le ha entablado por indemnización y reposición a sus labores… Aquí la historia.

Por Mónica Belling

“Yo trabajaba directamente, no dentro de una cabina, estaba afuera, moviendo las palas, instalando las líneas de alto voltaje para las perforadoras. Estas ahí en el polvo, era el primero que entraba a un sitio donde habían volado para poder limpiar y (…) sigan trabajando. Estábamos en el piso, las nubes de polvo te envolvían”, es la descripción que hace de su trabajo.
Tras once años en Antamina, Saúl Juarez denuncia estar contaminado por metales pesados, acusa a una mina de clase mundial y dice que lo único que recibió fue una carta de despido el 13 de abril del 2011 con las palabras del gerente de Recursos Humanos, Silvio Brigneti, “él me dijo ‘¡qué piña! Pero a quien le toca, le toca’”.
Según detalla, el ejecutivo le respondió así por reclamar la cobertura del seguro que requiere para que le extirpen el estómago. “¿Quién cobertura mi enfermedad? He aportado 12 años a este seguro ¿Por qué no me van a cubrir?” cuestiona Juarez y afirma: yo no soy antiminero.
“Ellos pagaron mi póliza de seguros como si fuera un trabajador administrativo. Me descontaron el 10 por ciento, nunca nos comunicaron que sería así”.
Asegura que daba por sentado que le pagaban la póliza de trabajo de riesgo y dice “¡Pero no! Me doy con la sorpresa que no tengo esa póliza!. He puesto una demanda a Antamina por daños y perjuicios con el ministerio de Trabajo por el tema de los seguros”. Saúl amenaza con llevar su protesta a nivel internacional.
Consultado sobre sus otras actividades prefirió no responder, reconoció su labor en el Ejército, de la que prefirió no hablar y afirmó que para ingresar a la minera lo sometieron a diversos exámenes que solo reportaron gingivitis, caries y hematuria.

Alto riesgo
Juarez revela que en las reuniones de Salud Ocupacional nunca le explicaron que su trabajo era una actividad de alto riesgo y no se le habló sobre la posibilidad de intoxicarse por metales pesados. Quizá por eso no usó la máscara con filtro, para protegerlo de los polvos. Aunque él acota que a los 4.300 metros, el oxígeno está enrarecido y la máscara con filtro “le ahogaba”.
Agrega que ningún trabajador de operaciones mina, come en un comedor porque “todos lo hacen en su equipo”. Denuncia que las cabinas no están completamente selladas, que penetra el polvo y que durante una reunión los trabajadores un comedor pero la respuesta del superintendente Jorge Ghersi fue, “no es negociable”.
Explica que por guardia 10 pit utility vigilan en la mina que los equipos estén operativos y dan solución a problemas como reponer cables dañados por caída de rocas. Declara que Antamina es un yacimiento sui generis, inmensamente rico y variado, con cantidad increíble en minerales.
“La empresa reaccionó con el mutis más grande al saber de mi situación, creo que soy la evidencia de que hay un problema muy grande (…) mi caso está basado en la verdad científica y clínica que se acredita con los estudios sobre lo que es la intoxicación por metales pesados”, afirma.

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¿Qué piensa de la actividad minera?
Que es importante para la economía del país, siempre y cuando se haga con responsabilidad y respetando los derechos de las personas, el medioambiente, la vida y salud de los trabajadores…Vivimos con mucha comodidad, para que mis hijos estudien, coman y se vistan, pero en los últimos tiempos eso es muy difícil, tuve que deshacerme de mis cosas.

¿En las reuniones de salud ocupacional le explicaron que la minería es una actividad de alto riesgo?
Tocaban el tema de los accidentes y los estándares de calidad de la empresa. Nunca trataron sobre la enfermedad laboral. ¿Por qué no usaba las máscaras con filtro? Porque me ahogaba. El trabajo de pit utility es de mucho esfuerzo físico.

¿Estaba más expuesto al polvo?
Por supuesto y a veces nos caía el agua de lluvia con el polvo de mineral sobre la ropa mojada. Comíamos en el campo. Ningún trabajador de operaciones minas, de tajo, come en un comedor. Ningún camionero, perforista, operadores de cargador o de tractor porque comen en su equipo que no está completamente sellado.
En Antamina hay zonas voladas demarcadas por los geólogos en los que había hasta 49 tipos de metal ¡una variedad increíble! Y parece que lamentablemente la presencia de arsénico era alta y era un problema porque los minerales ricos en arsénico causan problemas para fundir, malogran los hornos y los compradores penalizan a los vendedores por ello.

La salud
A solicitud de Saúl, la entrevista se realiza en el domicilio de su médico Ricardo Puell quien afirma que luego de cinco años que Saúl ingresó a la mina inicia su sintomatología, con problemas en vías respiratorias, articulares y abdominales, entre otros. Además hace cuadros cardiovasculares, que le hace sospechar de contaminación y solicita pruebas para determinarlos.
“Según el mineralograma en su cuerpo se encuentran acumulados plomo, estaño, aluminio, mercurio, cadmio, talio, antimonio, arsénico y hasta uranio”, declara con muchos papeles en la mano.
Afirma que le preocupó los problemas de piel: “verrugas” en los pies y manchas en pies y axilas. Así, revisa el libro del ATSDR (Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades) del CDC (Centre of Disease Control) y lo que tiene está en intoxicación por arsénico.
Saúl no está expuesto a un solo metal, aclara Puell sino a varios pero el arsénico es cancerígeno y la última enfermedad que hace es linfoma de tipo no-Hodgkin.
“Hice la unidad clínica de todo lo que tuvo. Los mineralogramas en el cabello salen positivos, son cuatro. La muestra fue tomada en laboratorios Blufstein que envían a The Great Plains Laboratory (EE.UU.) y ellos envían los resultados a Perú.
Puell precisa que el caso le permitió conocer la falta infraestructura para problemas específicos de salud de un minero. “No existe ni siquiera en el seguro social”.
Saúl está convencido que sufre de contaminación crónica. “El doctor me dijo que era el arsénico, que absorbía mi cuerpo, pero en ese entonces no sabíamos qué pasaba y el cardiólogo tampoco, me decía que de repente era algo en la mina o quizá la altura me chocaba”.
Puell resalta que Juarez fue al médico 297 veces, que el doctor Horacio Reeves, de Antamina, entrega el caso al toxicólogo Javier Waksman y que luego surge el informe del doctor Andrés Lugo.
Sin embargo, el informe Lugo ratifica que los problemas de Juárez no están relacionados a la exposición a bajos niveles de metales pesados durante su desempeño como trabajador (pit utility) en Antamina.
Puell enfatiza que un paciente puede tener las verrugas por años como patologías benignas y luego volverse malignas. “Está escrito en el libro de la ATSDR”, afirma.

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¿Señor Saúl, manejaba su reglamento de seguridad al revés y al derecho?
¡Claro! Yo no he infringido ninguna parte del procedimiento de seguridad.

ANTAMINA

ProActivo consultó con Antamina: Sául fue retirado por indicación del Colegio Médico Peruano y la Sociedad Peruana de Otorrinolaringología que recomienda “evitar condiciones inhóspitas (gran altitud, frío extremo y contaminación ambiental)”, debido a su sinusitis crónica. El informe aclara que el término de “contaminación ambiental” lo define como una situación ambiental específica y desfavorable para la salud del señor Juárez.

La empresa refiere que como parte de sus altos estándares realizan un programa anual de monitoreo de exposición a metales, que no encontró puesto en riesgo, incluyendo al de Juárez.

En conversación con ProActivo, el Supervisor Senior de Salud de Antamina, Walter Oyola Neyra, rechazó de manera categórica las acusaciones hechas.

“El cáncer que tiene Saúl, es al estómago tipo linfoma no-Hodgkin, no relacionado con arsénico según la ficha del ATSDR y cualquier toxicólogo puede hacer un análisis de cuáles son los cánceres relacionados con el arsénico (…) no está el cáncer al estómago”, afirma el ejecutivo.

Desestima el mineralograma como una prueba para determinar contaminación por metales pesados y resaltó que para atender el caso, la empresa pidió la opinión de cuatro médicos toxicólogos y una evaluación completa a Saúl, que concluyeron, “su problema de salud no está relacionado a metales pesados”.

Asimismo, el vicepresidente de Recursos Humanos y Seguridad, Silvio Brigneti, acusado de decirle “¡Qué piña! (…)”, negó tal afirmación y lamentó el cáncer de Juarez, del que afirma no tenían información.

Aclara que tomó la decisión luego de los reportes de la Sociedad Peruana de Otorrinolaringología y el Colegio Médico Peruano. “Al principio se trata de buscar una reubicación pero no existía en el caso de Saúl por sus competencias, el tipo de enfermedad y por las condiciones a las cuales podía estar expuesto”, anota Brigneti.

Explica que Antamina brinda un seguro complementario de trabajo de riesgo, “adaptado a cada una de las ocupaciones en la empresa” y que todos tienen la misma cobertura, desde el presidente hasta el trabajador que recién ingresa.

Enfatiza que pese a no existir vínculo laboral entre Juárez y Antamina, él y su familia aún poseen una cobertura integral extendida por solidaridad con su compañero de trabajo. “No es el primer caso y seguramente no será el último. Es parte de la política de la empresa”, acotó.

Las demandas
Los ejecutivos informaron que Juárez entabló dos demandas: una por alrededor de 5 millones de dólares a finales del 2010 y la segunda con relación a su cese.
Saúl pide reposición laboral y ese proceso está a nivel del Tribunal Constitucional.

La otra minería de Saúl
Saúl Juárez trabajó 20 años en otras minas: en Marcona Mining Company, que luego pasó a ser Shougang Hierro Perú S.A.A (unos 18 años), en Minera San Martín y en Cosapi, informaron la Superintendente de Comunicación de Antamina, Carmela Fiori y Walter Oyola,

Exámenes pre ocupacionales
El médico de Antamina, Oyola, dijo que Saúl fue sometido a dos exámenes pre ocupacionales: para operador de maquinaria pesada y al cambiar de puesto a “pit utility”. “No había forma de, por ejemplo, hacer un dosaje de metales para un puesto que no tiene ese riesgo”, anotó.

Oyola alega que los análisis a los trabajadores, incluyendo a los compañeros de Saúl, que a diferencia de él no tuvieron 700 días de descanso médico, “arrojaron valores para metales pesados muy por debajo del límite máximo permisible”, valores similares a los de Saúl.

Comedor móvil
Brigneti afirma que no es posible tener un comedor cerca del tajo y tampoco trasladar a los trabajadores hacia uno de los comedores porque el tiempo del viaje ida y vuelta sería de una hora y media.

Sin embargo, dijo que proponen “la posibilidad de tener un camión móvil de tal manera que puedan subir y bajar; pero no por una razón de higiene o riesgo ocupacional sino de comodidad”.

“Los estándares de seguridad de Antamina son los más altos del mundo comparados con aquellos en Canadá, Australia y Estados Unidos; están supervisados por normas internas y por sus accionistas. Además los audita diversas autoridades.