Las operaciones mineras se han reducido al mínimo, manteniendo únicamente las necesarias para salvaguardar el medio ambiente y el futuro reinicio de actividades. Las mineras han intensificado sus ya estrictas medidas de seguridad y salud ocupacional, priorizando en todo momento el bienestar de sus trabajadores y de las comunidades.
Se estima que el 2020, la producción minera caerá en un 30%, sumada a una fuerte caída del precio de los metales base, por lo que el impacto real podría ser mayor en las pequeñas mineras productoras de zinc y plata, que tendrán menos espacio para afrontar todos estos nuevos sobre costos.
Es importante reactivar nuestra industria minera, que es uno de los pilares fundamentales de la economía del país; una industria que sabe cómo manejar medidas de bioseguridad y puede, por los altos estándares que maneja, asegurar los nuevos protocolos establecidos por las autoridades de salud, con el fin de controlar el covid-19 a lo largo de todo el ciclo operativo y en toda la cadena de suministros.
Esperamos que para el último trimestre del año, la industria haya podido recuperar gran parte de sus niveles de producción, sin embargo, la recuperación definitiva llegará luego de que salga una vacuna, y eso será hasta fines del 2021.
Fuente: Gestión