El ministro de Economía, Waldo Mendoza señala que en los 15 días que hay de plazo para formular una nueva ley para la agroexportación, tratará de persuadir a los ministros y congresistas de su propuesta.
El Congreso derogó la Ley de Promoción Agraria. ¿Está de acuerdo con la decisión?
Desde el punto de vista del MEF, es su tradición que la política fiscal es mejor que se haga a través del gasto público y no de las exoneraciones, porque el gasto se hace efectivo a través de las políticas presupuestales, que son transparentes, se presentan y discuten en el Congreso. Las políticas de exoneraciones, en cambio, no pasan por ese proceso de visualización de transparencia.
Se refiere a que con las exoneraciones hay un problema de discrecionalidad…
Hay mucha discrecionalidad. Por qué a este sector sí (le damos la exoneración), por qué a este otro no; por qué este tributo sí y este otro no. Entonces, como política fiscal de largo plazo, mejor si no utilizamos las exoneraciones. Ese es un primer punto a considerar.
Segundo, si se usan esas políticas de exoneraciones, tienen que ser transitorias, no pueden ser permanentes. Conceptualmente, eso está bien.
A mí me parece, por ejemplo, que ese DU que estabilizaba el Impuesto a la Renta (para la agroexportación) en 15% hasta el 2031, conceptualmente no está bien. Hubiera preferido una elevación gradual del impuesto hasta llegar al nivel de tasa que todos pagan (29.5%). Ahora bien, en la coyuntura actual, cuando estamos en malos tiempos, derogar esa ley y quitar esa facilidad tributaria de golpe es una política fiscal procíclica, agravaría la situación.
Invocación. Mendoza pide al Congreso que siempre que dé una ley piense en los dos lados. Comenta que puede ocurrir, por ejemplo, que si se aprueba una ley con estabilidad laboral, que ninguna empresa quiera tener empleados con esas características. Eso es difícil de explicar, añade, pero estos 15 días van a servir para eso.
¿Eso les dijo a los congresistas (el viernes pasado)?
La recomendación, desde el punto de vista del MEF hacia los congresistas, que es lo que les dije, es: piénsenlo bien; en este momento, cuando estamos con la epidemia, con el empleo que se cae, con la economía que se recupera poco a poco, pero con cifras todavía en rojo, no es un momento apropiado para desaparecer de golpe ese beneficio tributario.
¿La recomendación, ahora que se va a discutir una nueva ley (para la agroexportación) sería entonces que fuera gradual?
Felizmente, la decisión del Congreso de derogar la ley incluyó un plazo de 15 días para discutir, juntar trabajadores, empresarios y ministerios. Como MEF, tengo que persuadir a mis colegas ministros, con quienes todavía no he conversado de estos temas.
Voy a proponer una eliminación gradual de estos beneficios tributarios de la Ley de Promoción Agraria, con la perspectiva de que estos beneficios son temporales, pero que en la coyuntura actual no se pueden eliminar de golpe, y también porque el sector agroexportador no es homogéneo (ver nota vinculada).
Pero los trabajadores quieren un salario mínimo para la agroexportación…
Claro, y entonces ya entramos a otro tema más complejo. Pero habrá que juntar todas las voluntades para encontrar este equilibrio complejo de no interrumpir la prosperidad del sector agroexportador y, al mismo tiempo, que los trabajadores compartan un poco más de este crecimiento notable de este sector.
Con la derogación de la Ley de Promoción Agraria por el Congreso también se han bajado los beneficios que se habían extendido a la acuicultura y al sector forestal. ¿Qué opina sobre este tema?
En cuanto a los sectores acuícola y forestal, hay que discutir el tema, porque al momento de la derogación nadie había reparado en eso. Yo siempre he dicho que si tenemos lo que Dios nos ha dado (bosques o peces abundantes) y que tienen el potencial para orientar su producción al mercado externo, entonces ese sector potencialmente es un candidato para aplicar una política sectorial exitosa.
Entonces, ¿se podría restituir ese beneficio para esos sectores?
Supongo que no será muy complicado reincorporar a esos sectores a los beneficios derogados, quizá garantizando la temporalidad.
Empresas pequeñas serán las más golpeadas
En el sector agroexportador hay unas cuantas empresas grandes que no van a sentir (la derogación) porque están automatizadas, con tecnología de punta. Algunas ni necesitan mano de obra, mientras que hay un grupo grande de empresas pequeñas agroexportadoras, intensivas en mano de obra, que sí van a recibir un golpe durísimo con la derogación, señala Waldo Mendoza.
“Hay que mirar las dos partes del mercado laboral: la de los trabajadores y la de las empresas. Durante la conversación con los congresistas, les expuse este tema del mercado laboral”, agregó.
Refirió que les puso dos ejemplos. Uno, el de la estabilidad laboral, que desde el punto de vista de los trabajadores, parece una maravilla, y si se le añade un salario elevado, mejor aún. Pero, desde el punto de vista del empresario, es posible que no quieran o no puedan contratar trabajadores con esas características.
Y en el tema de la temporalidad de los contratos laborales, pasa algo parecido, añadió.
Fuente: Gestión