El presidente brasileño, Michel Temer, derogó el estatuto de reserva de un gigantesco territorio de casi cuatro millones de hectáreas situado entre los estados amazónicos de Pará y Amapá, donde podrán realizarse en adelante actividades mineras privadas.
El decreto, publicado en el Diario Oficial de la Unión, establece el fin de la Reserva Nacional del Cobre y Asociados (Renca), que había sido delimitada en 1984 durante la dictadura militar con la finalidad de consagrarla a la explotación mineral exclusivamente estatal.
El texto no especifica el propósito de la medida, aunque aclara que el fin de la reserva “no elimina la aplicación de la legislación específica sobre protección de la vegetación nativa, unidades de conservación de la naturaleza, tierras indígenas y áreas en zonas de frontera”.
En abril, un documento del ministro de Minería y Energía señalaba que la disolución de la reserva “haría viable el acceso al potencial mineral existente en la región”, al abrir espacio para la obtención de títulos de explotación minera privados.
ONG’s como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) han manifestado su preocupación sobre la explotación de la Renca, donde hay grandes reservas naturales y viven tribus indígenas.
El Departamento Nacional de Producción Mineral en Amapá dijo a Globo News que ninguna de las áreas preservadas está incluida en el paquete de concesiones minerales y que el proceso está bajo control de órganos ambientales.
Organizaciones y habitantes originarios denuncian regularmente las concesiones del presidente conservador a grupos vinculados al agronegocio o a actividades de deforestación. En junio, durante una visita de Temer a Oslo, el gobierno noruego anunció un recorte de su apoyo a la lucha contra la deforestación de la Amazonía, ante el aumento del agronegocio.
Fuente: El Comercio