El director ejecutivo (e) de ProInversión, Alberto Ñecco, destacó la adjudicación del megaproyecto de cobre Michiquillay porque, después de casi 60 años, está en camino de su ejecución, que permitirá mejorar las condiciones de vida de los miembros de las comunidades campesinas de la zona donde se ubica el yacimiento.
Refirió que el desarrollo de ese proyecto requiere una inversión estimada de $ 2,000 millones, considerando que está constituido por un yacimiento del tipo pórfido de cobre, con contenido de minerales de cobre, oro, plata y molibdeno. “Los recursos de mineral presentes se estiman en más de 1,100 millones de toneladas de mineral”, señaló Ñecco.
La zona donde está el yacimiento está rodeado de las comunidades campesinas de Michiquillay y La Encañada, que a inicios de diciembre del año pasado se comprometieron, mediante actas, en fortalecer el desarrollo integral del proyecto, manteniendo un ambiente social adecuado que haga viable su desarrollo sostenible.
En las actas suscritas, el Estado incluyó en el contrato de transferencia una serie de compromisos sociales que deberá cumplir Southern, como fomentar, preferentemente, el empleo de profesionales, técnicos y mano de obra local; adquirir preferentemente los bienes y servicios locales para el desarrollo de las actividades mineras; fomentar y apoyar el desarrollo de los proyectos comunales a cargo de hombres y mujeres emprendedores; cumplir la normatividad legal vigente que permita priorizar el uso de agua para consumo humano, agricultura, y otras actividades económicas; etc.
Además, en el aspecto económico, tras el diálogo entre el Estado (ProInversión y el ministerio de Energía y Minas) con las comunidades campesinas, se fijó el porcentaje de regalías contractuales destinado al Fondo Social Michiquillay en 50%. También, se acordó en destinar al Fondo Social Michiquillay el 50% del pago que recibirá el Estado por la transferencia de la concesión al adquiriente.
Fuente: Correo