ProActivo | Desde el surgimiento de la Covid 19 en el Perú, Catalina Huanca Sociedad Minera preparó una estrategia de urgencia para minimizar los impactos en sus operaciones y salvaguardar la salud de sus trabajadores, familiares y de las comunidades de su entorno directo e indirecto, destacó su gerente de Sustentabilidad, Tommy Febres.
“Más del 85% de nuestro personal vive en las comunidades locales de influencia directa e indirecta de nuestra mina”, agregó al intervenir en el Webinar: “Acciones solidarias de Catalina Huanca en tiempos de pandemia”, organizado por ProActivo.
Dijo que el campamento que tenían hasta antes de la pandemia solo era para empleados que venían de fuera del lugar, y que fue transformado para cobijar a los trabajadores de la zona y evitar contagios que afectara a las comunidades y a la empresa.
Acotó además que no aplicaron la “suspensión perfecta de labores”, dispuesta por el gobierno, lo que dio tranquilidad a los trabajadores, en su mayoría de las comunidades.
Se trabajó con autoridades en acciones de salud
Refirió que desde un principio se vio la necesidad de articular con las instituciones públicas, locales y comunales para establecer un plan organizado y estrategias en conjunto para garantizar “nuestra burbuja de protección de la salud” y estableciendo así, un cerco epidemiológico comunitario para todos los trabajadores que vivían en sus casas, y que fue extendido entre las poblaciones de alrededor.
“Nuestro objetivo fue minimizar el impacto del coronavirus en nuestros trabajadores y entre las comunidades aledañas, a través de una adecuada gestión de los riesgos de contagio con atención oportuna de los casos detectados”, explicó.
Manifestó que se desarrollaron acciones preventivas enfocadas en las comunidades y dentro de la empresa, respetando las características y culturas en el lugar.
“Conversamos con todas las comunidades aledañas y fuimos muy transparentes, les informamos cómo íbamos a operar y entendieron que teníamos que producir para generar caja y así atender sus necesidades ante la llegada del coronavirus”, acotó.
Al respecto, destacó que la empresa incrementó el volumen de compras locales, incluyendo la ampliación de la cartera de proveedores, como parte de la reactivación económica.
Dramática migración de la ciudad al campo
Febres relató cómo en junio la crisis de migración de las personas que retornaban de las ciudades hacia el campo “fue muchas veces desordenada”, por lo que tuvieron que hacer rápidamente nuevos cambios para poder ayudar.
“Preparamos lugares de aislamiento para los retornantes en las dos comunidades de influencia directa, que también estaban enfocados a controlar los contagios”, agregó.
“Nos tocó socorrer a personas que venían caminando desde Nazca de retorno a sus comunidades de Ayacucho, próximas a nuestra operación, pero en este trajín desafortunadamente perdimos el control de las personas contagiadas que estaban llegando”, lamentó.
Diálogo para evitar el contagio
“Entre marzo y agosto tuvimos muchos espacios de diálogo en coordinación con las comunidades y logramos compartir información, invertimos mucho en capacitación y en convenios con las microrredes de salud, y creamos el subcomando COVID en la comunidad principal que está alrededor de nuestra operación”, declaró.
Trajo a colación que, en el tema de asistencia médica, “reforzamos el área médica, nuestro policlínico y contratamos médicos dedicados exclusivamente a la atención de las comunidades. “Teníamos un médico permanente, dos enfermeros y un psicólogo que eran el grupo de trabajo con comunidades que nos ayudó mucho en la ardua labor”, recordó.
Mencionó que a través de las dos postas médicas del Minsa existentes en el lugar, se realizaron campañas de salud contra el contagio y una serie de actividades que ayudaron a las personas de manera preventiva, y haciendo pruebas de descarte.
“La mayoría de personas contagiadas eran asintomáticos y los que presentaban síntomas no eran graves. Eso ayudó al área médica y el impacto no fue tan trágico como en otros lugares”, puntualizó.
En otro momento, Tommy Febres expresó la disposición de la empresa para adquirir vacunas cuando el gobierno así lo permita, para lo cual tienen conversaciones avanzadas con algunos proveedores de la vacuna rusa Sputnik V, bajo términos legales.
Mantuvieron compromisos
Apuntó que, a pesar de las dificultades generadas por la pandemia, Catalina Huanca ha mantenido sus estrategias de gestión social, honrando sus compromisos con las comunidades.
“Tuvimos que invertir adicionalmente en canastas básicas de alimentos para las comunidades más alejadas y las personas más vulnerables. Nuestro programa de ayuda social lo trastocamos en acciones de ayuda diaria con canastas de alimentos”, subrayó.
Con respecto al tema educativo manifestó que se dio apoyo para que los niños puedan gozar de internet y otros servicios de comunicación para que continúen sus clases, lo cual tuvo resultados satisfactorios.
Segunda etapa de reactivación económica
Asimismo, anotó que a partir de agosto del 2020 empezaron la segunda etapa de la reactivación económica, pues era insostenible mantener todos los programas durante el año sin reactivar más a fondo las actividades que las comunidades tenían con la mina, “para garantizarles un ingreso económico y asegurar las provisiones que nos surten”.
“Para la reactivación económica también tuvimos espacios de diálogo donde explicamos a las personas los requisitos para regresar a sus servicios o vender productos y los acompañamos para implementar todo esto”, acotó.