Miguel Cardozo

Por: Dr. Miguel Cardozo, segundo vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú. 

Esta vez nos ha tocado un año muy difícil por las múltiples pandemias que estamos sufriendo: la sanitaria, la económica y la política.

La sanitaria será resuelta probablemente en uno a dos años, la económica nos tomará quizás dos a tres, aunque quedaremos heridos por el resto de la década en lo fiscal y macroeconómico. Sin embargo, la pandemia política seguirá golpeándonos por mucho más tiempo.

Qué duda cabe que nuestro país, que está a punto de cumplir 200 años como una República independiente, ha sido históricamente una nación compleja y fraccionada, con dificultades para reconocer una narrativa y un destino comunes.

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En estos últimos años, hemos llegado al extremo de no sentirnos representados por las instituciones tutelares, ni tampoco por los cada vez más numerosos grupos políticos que aspiran a ser los que guíen al país.

La minería ha sido el factor clave para el desarrollo histórico del Perú, pero sobre todo en los últimos 30 años, en los que nuestro país ha tenido un desempeño económico y fiscal importante liderando la región latinoamericana y destacando, incluso, a nivel global.

Pero este esfuerzo ha sido insuficiente porque no hemos sido capaces de aprovechar este éxito económico para lograr un desarrollo social equilibrado, integral e inclusivo, que permita generar oportunidades y bienestar para todos.

A pesar de ello, una encuesta de Ipsos de julio de este año revela que 83% de los peruanos considera que la minería jugará un papel importante en el proceso de reactivación económica del país.

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Observamos, incluso, que una parte mayoritaria de opositores y críticos tradicionales de la minería coinciden con que esta es un factor esencial para el desarrollo económico del Perú. Sin embargo, muchos de ellos aún afirman que la minería formal contamina, que consume el agua de los valles, que no da suficiente trabajo, que no paga impuestos y que no beneficia a las comunidades ¡Y esto no es verdad!

La abundante información oficial demuestra que la minería no solo aporta divisas y un importante porcentaje del PBI nacional, que genera empleo de calidad, que paga más impuestos que muchos otros sectores, que aporta encadenamiento productivo y complementariedad económica que beneficia a otras actividades, que eleva el nivel de vida de las comunidades y que tiene la tecnología necesaria para proteger el medio ambiente.

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Reconocemos que nuestra comunicación ha sido insuficiente y debe cambiar. Saludo por ello la publicación del libro 50 razones para defender la minería que nos pone a la mano data con un soporte real y sólido, que permite reparar en la real potencia de la minería como instrumento de progreso.

Me despido deseándoles a todos ustedes y sus familias una Feliz Navidad y un 2021 sin Covid-19 y con prosperidad.

Fuente: IIMP