Por Paulina Downey, gerente de desarrollo de negocios para el sector minero de la Oficina Comercial de Nueva Zelandia para Perú, Chile y Bolivia
En Nueva Zelandia, las actividades relacionadas a los recursos naturales se realizan con una perspectiva particular, que se arraiga en los valores más tradicionales de la cultura Maorí y que hoy tienen un revitalizado sentido a la luz del cambio climático y la creciente necesidad de construir vínculos sólidos con las comunidades. “Tomar prestada la tierra, extraerla y devolverla” es la frase que expresa esta visión, que busca generar bienestar para las generaciones actuales cuidando el legado que se construye para las venideras.
Constantemente, las compañías mineras buscan incorporar innovación que les permita responder a las condiciones cada vez más desafiantes de su actividad, algunas propias de la operación, como trabajar a mayor profundidad, con leyes de mineral más bajas y gestionar costos; y otras, resultado de las crecientes expectativas en el plano social y ambiental. Reconocer entre las múltiples alternativas disponibles aquellas soluciones que logran armonizar la eficiencia y la optimización con la sostenibilidad es clave para lograr procesos de innovación exitosos.
Tal es el caso de la neozelandesa Fingermark y su sistema Eyecue que, gracias al uso de Inteligencia Artificial, garantiza que los trabajadores de las mineras sigan los protocolos de seguridad. Eyecue es un sistema de monitoreo 24/7 que advierte de actividades peligrosas y alerta al personal cuando se produce una desviación del comportamiento. Así, a través de inteligencia artificial, se le enseña al sistema qué tipos de trabajos son seguros y cuáles son potencialmente inseguros de acuerdo a las tareas que realizan, para recordarles las prácticas o procedimientos de trabajo documentados. Con los datos generados, las grandes mineras pueden analizar qué mejorar en los procesos y potenciar la formación.
Reconocida por su ADN innovador, Nueva Zelandia es un actor cada vez más presente a nivel global, a través de soluciones para la minería que han mostrado su capacidad y la rentabilidad que puede alcanzar la inversión en su tecnología, gracias a su enfoque de sostenibilidad, como se puede ver en el sitio dedicado a los proveedores de la industria minera www.nzmining.com.
El ecosistema cerrado, el entorno multicultural y la lejanía de Nueva Zelanda ha generado una oportunidad única para llegar a las personas adecuadas de manera mucho más eficiente, trabajar y colaborar en grupos más pequeños, probar ideas innovadoras rápidamente y avanzar más rápido en el mercado global. Así, tecnología y entorno se unen en los valores más arraigados de la cultura maorí: Kaitiakitanga y Manaakitanga. El primero, es la conexión que hay entre las personas y el mundo natural y cómo recae en los humanos la responsabilidad de proteger el entorno para las generaciones que vienen. El segundo, se refiere al respeto y amabilidad, valores que se traspasan a los negocios para hacer el bien en la sociedad. Para los neozelandeses, los intereses culturales maoríes se entienden y respetan, así como el medio ambiente, los ecosistemas y la biodiversidad se respetan hoy y a largo plazo. Viven con la responsabilidad de dejar un mundo mejor. Y, en ese sentido, la tecnología es una verdadera aliada.
La minería es una actividad clave tanto para la economía y el desarrollo de los países en los que se realiza, como también por la importante presencia que sus productos tienen en nuestra cotidianidad y el rol que cumplen a la transición hacia energías más limpias. Cuidar la minería hoy, haciéndola más sostenible es imprescindible para poder legar a las futuras generaciones esta actividad que también nos conecta directamente con la tierra que habitamos.