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Contra viento y marea José Martín Ginez Anglas empezó su carrera de mecánico a los 9 años de edad cuando cursaba el cuarto de primaria en un colegio técnico nacional de Lambayeque. Al ser hijo de padres agricultores tuvo muchas carencias en los primeros años de su vida, por lo que ingresó a un taller para subsistir. Una vez que reparó su primer motor alemán Deutz en 1971 supo que el camino ideal para su vida sería el pedregoso sendero del empresario y con el tiempo constituyó MODIESEL, una empresa peruana con más de 30 años, protagonista en el rubro de reparación de motores diesel para maquinaria minera. ProActivo conversó con este emprendedor no se imaginaba que reparar motores se convertiría en lo que denomina “un apasionado deporte”.
“Empecé solo con MODIESEL y ahora tengo más de 25 trabajadores en un taller construido con miras a lograr a triple certificación ISO 9001, ISO 14001 y OHSAS 18001. Jamás traje técnicos ranqueados, siempre formé a gente con ganas de crecer. La suerte que tengo es que esa fórmula me ha funcionado”, comenta Ginez.
El éxito es innegable. La empresa tiene actualmente más de 40 clientes de los rubros de minería, comercialización de motores, perforaciones, construcción y a la par del mercado nacional, Modiesel ingresó con fuerza a la plaza boliviana con la compañía minera SinchiHuayra S.A.C. -filial de la suiza Glencore- y sus requerimientos de servicios técnicos para todas sus unidades de explotación constituyen un claro ejemplo.
“Además de la calidad del servicio de reparaciones, hacemos la diferencia en el mercado por los acabados de los motores que arreglamos y la rigurosidad técnica para brindar al cliente información sobre la proyección de vida y ritmo de trabajo de los mismos”, explica.
¿Cuál fue la clave del éxito?
El ingeniero Esteban Morales, gerente técnico de MODIESEL y a la vez gran amigo del experimentado Ginez, con más de 20 añosde experiencia ganada en Atlas Copco, destaca la tenaz e implacable actitud de su jefe para ganarse un sitial en el top de los mejores técnicos mecánicos del país.
“Uno de los aspectos que más resalto de José (Ginez) es que desde su juventud bregó para ser uno de los mecánicos de prestigio y muy solicitado, así que la empresa Europa Diesel le abrió las puertas. Afortunadamente, todas las empresas solicitaban expresamente sus servicios por su conocimiento profundo de los motores Deutz”, comenta Morales.
Partiendo de su gran experiencia producto de recorrer todos los rincones del país, Ginez decidió constituir una empresa que, a diferencia de sus competidoras, demás de poner en funcionamiento los motores diesel advierta al cliente cuál será la vida útil del equipo y en qué momento conviene hacer revisiones o cambios de piezas.
“El dinamómetro es la única forma para demostrarle al cliente que el motor está bien y revisar potencia, el torque y el consumo específico independientemente de parámetros como presión rp mínima, rp máxima y temperatura de gases”, indica Morales.
A su vez rescata con beneplácito que cuentan con un formato de evaluación para que el cliente supervise cómo ingresa el equipo a Modiesel y cómo retorna al cliente. Detalla que, “se revisa el motor, todo está bien y si la presión de aceite es de 2 bar, luego pasa un tiempo y está en 1,5 bar, el cliente puede proyectar el uso y evitar desagradables sorpresas”.
Ginez inspecciona con entusiasmo su taller ubicado en Barranco que hace 15 años edificó oportunamente. Además, como prueba de que el ingenio peruano no escasea, el empresario optó por comprar un local aledaño para que sirva de depósito y ganar espacio para las operaciones en su local.
Entre sus principales adquisiciones tiene una grúa puente de cinco toneladas que cumple todos los estándares internacionales. Ginez, mientras mira la imponente máquina, apunta que la meta de este verano es implementar el sistema de aire acondicionado para el área de operaciones de motores y poner en funcionamiento la sala de cómputo y sistemas, y otras oficinas administrativas.
Entre las bondades que ofrece MODIESEL destaca el contrato de servicios que oferta. Se trata de la implementación de un taller interno en el área de operaciones de la empresa. “De este modo, la fiscalización del rendimiento del motor y los cambios de piezas son automáticos”, indica.
La meta de este verano es obtener la homologación y están trabajando para que antes del próximo semestre logren “la trinomia”: certificación en calidad, seguridad y medio ambiente. Contrariamente al crecimiento nacional, Modiesel espera incrementar sus ventas entre 15 y 20 por ciento en 2015.
Esfuerzo sin treguas
“En MODIESEL no hay descanso ni tregua alguna. Por ejemplo, en la fiesta navideña la minera Argentun nos pidió que acudamos a la sierra el mismo 24 de diciembre para reparar un motor, en ese momento ya todos los trabajadores estaban celebrando la Navidad con sus familias. Así que el 25 de diciembre partimos para cumplir con nuestra responsabilidad”, comenta entre risas el ingeniero Morales.
“Uno de nuestros principios es velar por el bienestar de nuestro personal. Hay empresas que envían en ómnibus a sus técnicos, pero nosotros lo hacemos en camionetas para contrarrestar la dura subida a la sierra y prever robos de piezas. Hoy en el mercado hay quienes valoran esto, mientras que otros no”, asevera Morales, la mano derecha de Ginez.
Bien por dentro y también por fuera
“Por desgracia debo decir que la competencia le resta importancia a la apariencia de los motores reparados. Cuando entregamos los equipos lo hacemos con sus etiquetas respectivas y con un retoque de color, por lo que no se diferencian de los nuevos. Fue así como nos ganamos la confianza de la minera boliviana SinchiHuayra S.A.C.”, aduce. “Nuestro taller no fue construido sobre una casa, empíricamente, sino que se pensó en mitigar la contaminación mediante pozas de decantación”, sostiene el veterano empresario que sueña con hacer de MODIESEL a mediano plazo la entidad representante de Deutz en Perú. •
excelente empresa he sido cliente de dicho taller durante casi mas de 10 años en la cual nunca hemos tenido problemas de ninguna clase.
saludos a don Jose Ginez