ProActivo | Jaime Reusche, vicepresidente y oficial de Crédito Sénior del Grupo de Riesgo Soberano Moody’s, analiza cómo puede afectar a la economía del Perú, la puesta en marcha de una Asamblea Constituyente y explica las causas de la nueva calificación del país.
“La economía peruana todavía tiene una perspectiva relativamente favorable, luego de la caída significativa del 2020, que se contrajo en 11%, una de las más altas en nuestra historia desde los 80”, afirmó Jaime Reusche, vicepresidente y oficial de Crédito Sénior del Grupo de Riesgo Soberano Moody’s, en declaraciones recogidas por ProActivo en el marco de la Conferencia Internacional: “Perspectivas económicas y de inversión con el nuevo gobierno“, organizado por la Cámara de Comercio Canadá Perú.
El analista declaró que Moody´s ajustó la calificación de riesgo de Perú, desde el A3 que tuvo durante 7 años, hasta el Baa1 con perspectiva estable, y lo que refleja el ambiente polarizado y fracturado que tiene el país desde hace varios años.
“El país resistió las riñas políticas del 2018, incluso tener a 3 presidentes en una semana en el 2020, pero no aguantó más el crispado ambiente político, y desde nuestro punto de vista está empezando a pesar la forma en la que se desarrollan y se articulan las políticas públicas”, manifestó.
Reusche dijo que la suma de hechos como: los nombramientos controvertidos en el gabinete, las tensiones entre los poderes del Estado -del Ejecutivo y del Legislativo- así como la discordia dentro del partido de gobierno, afectan la gobernabilidad, así como la predictibilidad de las políticas públicas, y genera incertidumbre.
Explicó que el país no se comporta acorde con la calificación A3. Es decir, con un alto nivel de madurez en cuanto a sus instituciones y a sus políticas; y un entorno económico y fiscal bastante estable. “El Perú tiene con creces el entorno económico y fiscal favorable y estable, pero no la madurez política, porque ya vemos cómo se ha deteriorado en los últimos años”, especificó.
Manifestó que hubo un debate (al interior de Moody’s) sobre la nueva calificación Baa1 (perspectiva estable), y si es que debería regresar a estable, o estar en negativa, indicando que podría haber otra degradación de la calificación, en los próximos 12 a 18 meses.
Beneficio de la duda
“Hemos decidido darle el beneficio de la duda, a este gobierno y a las autoridades económicas, no por este gobierno, sino más que nada por el comportamiento, la trayectoria que han tenido las autoridades económicas y fiscales a lo largo de 20 años. Es a raíz de eso que el Perú se merece el beneficio de la duda y por eso es que la pasa a perspectiva estable”, declaró.
Aclaró que en la actualidad se vive un efecto de rebote de la economía, del 12%, “todo esto más que nada por la fortaleza que vimos en la primera mitad del año, donde la economía rebotó o se recuperó de una forma más favorable de lo que habíamos anticipado, ahí nos sorprendió un poco la capacidad de esta economía, de volver a crecer a tasas relativamente fuertes, recuperar el paso luego del bache en el que cayó por la pandemia”.
Sin embargo, dijo que se pronostica una desaceleración importante en la segunda mitad del año, por la incertidumbre política debido a la confusión que está generando el nuevo gobierno, la falta de claridad en las políticas públicas que va a tener un impacto muy negativo sobre la inversión privada.
“Si tuviésemos mayor optimismo con estos favorables precios de metales y de materias primas a nivel global, deberíamos tener un crecimiento mayor de eso, y habríamos podido recuperar casi toda la actividad económica, el nivel de producción que se perdió durante la pandemia. Ese no va a ser el caso”, afirmó Reusche.
Posibles escenarios
Informó que Moody’s ya dio anuncio que, algún desvío de la senda de consolidación fiscal, propuesta por las propias autoridades del actual gobierno, podría llevar a un cambio de la perspectiva. “Tal vez lo más importante, es sobre esta Asamblea Constituyente. Vemos que es un evento que podría afectar significativamente el funcionar de la economía, generar bastante incertidumbre legal, política, económica. Lo vemos algo con baja probabilidad de ocurrir (por argumentos legales, políticos, e institucionales)”, señaló.
“Los escenarios para las inversiones y la economía que se vienen, dependen de cómo se perciba al gobierno. Lo que algunos sospechan -y esto es lo que llevó a la salida de 11 mil millones de dólares en flujos de capital- es que Castillo sea algo peor, donde podría haber un descalabro fiscal por decisión u omisión. Y el posible cambio de Constitución que sigue dentro de la agenda de las políticas públicas del gobierno, lo que genera incertidumbre”, explicó.
En ese marco, manifestó que puede darse un escenario tipo Ecuador, que es casi un gobierno estatista, en donde no hay un sector privado dinámico que genera crecimiento e impulsa la actividad económica, sino una economía puramente impulsada por el gasto público que es insostenible, y en la que se destruyen las instituciones económicas y políticas.
“Las perspectivas de inversión y económicas en el Perú no son auspiciosas, aunque deberían de serlo, y con crecimientos mayores al 6% en el 2022, y en el 2023 – 2024 al 5.2%, pero la falta de claridad del gobierno genera desconfianza”, puntualizó el analista de Moody’s.