El país se unió al selecto grupo de economías que pueden emitir deuda en dólares a 100 años con bajas tasas de interés, una señal de confianza de la comunidad financiera global, pese al impacto de la pandemia del covid-19. Vea la entrevista a Jaime Reusche, vicepresidente del grupo Moody’s Investors Service.
¿Cómo observan los inversionistas internacionales al Perú luego de la colocación de estos bonos?
–Fue todo un hito en su historia financiera. El Perú se une al grupo de las pocas naciones que pudieron emitir bonos a 100 años, incluyendo economías desarrolladas, como Austria, Dinamarca e Irlanda, y algunas pocas emergentes como Israel y México.
El que colocaran bonos a este plazo y a un costo históricamente bajo, a unas pocas semanas de la inestabilidad política que generó gran incertidumbre, constituye un voto de confianza de los inversionistas extranjeros en el país.
–¿Cuáles fueron las fortalezas que primaron en los inversionistas para confiar en el Perú?
–Los inversionistas valoraron las fortalezas macroeconómicas peruanas, una vez más por encima de la inestabilidad política, a raíz de la solvencia fiscal del país, las amplias reservas internacionales que le dan abundante liquidez al mercado cambiario y las cuentas externas, y, como siempre, apreciaron el buen manejo económico y fiscal.
Tenemos un ejemplo perfecto de la importancia de ser responsables con las finanzas públicas y el manejo macroeconómico. Ahora que el Estado requiere endeudarse para costear la lucha contra la pandemia, brindar ayuda a las familias más necesitadas con transferencias y reactivar la economía, es que se puede acceder a un financiamiento barato (el más cómodo en toda Latinoamérica).
Esta confianza no es un cheque en blanco, ya que el país tendrá que poner de nuevo sus finanzas en orden una vez que pase la pandemia, para estar listos ante la siguiente crisis global cuando se manifieste y poder contar con un financiamiento barato de ser necesario.
–¿De qué manera se beneficia el sector privado con esta exitosa colocación de bonos soberanos del Perú? ¿Qué repercusiones puede tener en el sector privado?
–Al tener términos de financiamiento muy asequibles para el Estado, el sector privado también podrá acceder a financiamiento más barato en los mercados internacionales.
La reputación del Perú se torna más sólida en los mercados globales con estas emisiones históricas, lo que también atraerá más inversión en el sector real.
Es decir, mayor interés de los extranjeros en invertir en la economía peruana, generar mayor actividad, crecimiento y empleo.
–¿La designación de Waldo Mendoza, como titular del Ministerio de Economía y Finanzas, trae tranquilidad a los mercados?
–El ministro Waldo Mendoza tiene amplia experiencia y un gran conocimiento de las finanzas públicas, lo cual es importante en estos momentos en que las políticas públicas deben hilar muy fino para asegurar la recuperación de la economía y al mismo tiempo enfrentar el reto de que no se deterioren las cuentas fiscales al punto de contraer deuda de más.
Los expertos internacionales y del mercado local observaron con mucha tranquilidad la designación del ministro Mendoza, ya que garantiza una continuidad en el buen manejo de las cuentas del Estado.
Se espera que el funcionario continúe la tarea de la exministra María Antonieta Alva de frenar medidas populistas y sin fundamentos técnicos que pueden entorpecer la recuperación de la economía y que buscan la gratificación de corto plazo, pero que hipotecan el futuro del país, ya que muchas de esas medidas populistas se deben financiar con mucha más deuda.
–¿Qué debe hacer el Perú para recuperar su fortaleza macroeconómica en el campo fiscal, en medio de la pandemia?
–La postura fiscal parece ser la adecuada, ya que se busca agilizar el gasto en inversión pública y moderar el gasto corriente para ayudar a la economía a repuntar y luego, con la recuperación de los ingresos tributarios, cerrar la brecha entre el ingreso y el gasto del Estado.
Pero es fundamental reafirmar ese compromiso con la responsabilidad fiscal y hacerle entender a toda la clase política y al siguiente gobierno que surja de las elecciones del próximo año, que se tiene que reducir el déficit fiscal bajo un proceso de varios años, y esto a su vez disminuirá el espacio para nuevos gastos, a fin de evitar un gran incremento de la deuda pública.
Al respecto, el proceso electoral genera algo de preocupación, ya que en los últimos meses hemos visto embates de populismo que concluyen con la inestabilidad política como la de hace algunas semanas.
Tarea pendiente
Reusche señala que la gran tarea pendiente que le tocará al siguiente gobierno que surja de las elecciones en el 2021, será impulsar la confianza de los inversionistas privados para apostar por los sectores productivos.
“La economía urge de reformas que apuntalen el crecimiento y la recuperación. La sobrerregulación, la excesiva burocracia y tramitología frenan la inversión y nos restan productividad, lo cual es un lastre para generar empleo y mayor actividad”, indicó.
“Retrocedimos significativamente en la lucha para generar mayor formalidad económica a raíz de la pandemia. Nuestras leyes laborales no están ayudando a generar empleos formales suficientes para absorber a todos los jóvenes que entran al mercado laboral, sino que resultan ser disuasivas para la creación de empleo formal”, agregó.
Por ello, comentó que, ante la experiencia de la pandemia, se requiere cambiar el entrenamiento que se le da al servicio civil para empoderar a los funcionarios y mejorar la eficacia del funcionamiento del Estado.
“Si se consigue algo de progreso en estos frentes, aumentaría fuertemente la confianza de los inversionistas privados”, puntualizó.
Fuente: El Peruano