Por: Ing. Rómulo Mucho
Así como la familia es la célula fundamental de la sociedad, la empresa es la célula fundamental de la economía de un país. Además de caracterizarse por tener estados más fuertes que grandes y bienestar entre sus pobladores, los países desarrollados se caracterizan también por sus grandes y eficientes empresas. Volvo, Nestlé, Toshiba, Siemens, Apple entre otras, son representantes de la calidad empresarial que se desarrolla en Suecia, Suiza, Japón Alemania y Estados Unidos respectivamente. Estos son pocos ejemplos de una gran cantidad de empresas que en todo el mundo dan prestigio a sus países por medio de su desempeño.
En el Perú aún no tenemos empresas de la envergadura de las mencionadas no obstante, se han dado inicio a una expansión importante de empresas peruanas hacia países vecinos y en pocos casos hacia otros continentes, tal es el caso de las empresas de la familia Rodríguez Banda en lácteos y cementos, el grupo AJE en bebidas saborizantes, El grupo Romero en banca y alimentos, la familia Brescia en minería y cementos, también empresas de servicio en minería que están conquistando otros países, esto nos debe de llenar de orgullo a los peruanos.
Cuando una empresa peruana es exitosa, los primeros impactos se notan en la creación de puestos de trabajo y en la recaudación de impuestos. En el campo del desarrollo de infraestructura, es importante que sean empresas peruanas las que realicen estos trabajos, ya que el Perú se ha vuelto destino de empresas constructoras de casi todos los países vecinos y países desarrollados también. Los recientes hechos de corrupción por parte de la empresa Odebrecht pone al descubierto que una cosa es la serie de malos manejos para lograr los contratos y otra muy diferente es la capacidad de sus ingenieros y demás técnicos para realizarlas.
La sobrevaloración es más un tema financiero que técnico-ingenieril. Los peruanos estamos en capacidad de hacer las grandes obras de infraestructura que necesitamos para nuestro desarrollo. El caso Odebrecht debe servir para que las empresas peruanas asumen el rol que les corresponde. Es por este motivo tan importante que el Estado peruano esté libre de corruptos, para que las reglas de juego sean las mismas para todos con total transparencia al momento de las licitaciones.