- La historia de superación de Miriam Lozada, de ser rechazada en múltiples empresas por su género, hoy es técnica de reparación aprendiz de maquinaria pesada en el rubro de la minería y construcción.
Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha que resalta la lucha por la igualdad y los avances en la inclusión femenina en sectores tradicionalmente masculinos. Nacida en Piura, Miriam Lozada es un ejemplo de perseverancia en este camino.
Desde pequeña sintió curiosidad por la tecnología, desarmando radios y electrodomésticos para entender su funcionamiento. Sin embargo, su camino profesional no fue sencillo. A los 18 años se convirtió en madre, una responsabilidad que asumió mientras estudiaba Electrónica Industrial en SENATI Piura, enfrentando desafíos económicos y personales.
“Mi mamá hubiera preferido que estudiara algo más de oficina, como secretariado”, recuerda Miriam. Sin embargo, ella estaba decidida a construir un mejor futuro para su hijo y demostrar que tenía el talento para destacar en el sector.
Un camino con retos
Desde el inicio de su carrera, Miriam notó la escasa presencia femenina en su campo. De los 22 estudiantes en su promoción, solo tres eran mujeres, y al final solo dos lograron egresar. Al llegar al tercer semestre, debía realizar prácticas preprofesionales, pero encontró un obstáculo recurrente: las empresas se negaban a contratarla por ser mujer.
“Fui a un taller en Piura donde siempre recibían practicantes, pero me dijeron que no aceptaban mujeres para evitar ‘malos comentarios’. Fue muy frustrante”, cuenta. Lo mismo ocurrió en otras empresas, donde su solicitud era rechazada sin explicación.
Ante la falta de oportunidades, Miriam tuvo que trabajar en otros sectores para mantener a su hijo, desempeñándose en una empacadora de frutas y en una empresa pesquera. Pero nunca dejó de buscar su lugar en la electrónica.
Cuando decidió mudarse a Lima en busca de mejores opciones, nuevamente enfrentó prejuicios. En una entrevista, el reclutador la miró y le dijo: “No te imagino usando herramientas”. En otra empresa, en lugar de un puesto técnico, le ofrecieron un rol administrativo porque nunca habían contratado mujeres en mantenimiento.
Superación y crecimiento
A pesar de las dificultades, Miriam perseveró. Finalmente, consiguió ingresar a Komatsu-Mitsui Maquinarias Perú, donde hoy se desempeña como Técnica de Reparación Aprendiz en el Taller Eléctrico.
Encontró un espacio donde su talento es valorado y donde ha podido expandir sus conocimientos más allá de la electrónica, explorando también áreas de mecánica y mantenimiento industrial.
Un mensaje para las nuevas generaciones
Miriam anima a más mujeres a seguir sus sueños sin miedo. “Apuesten por más. No se queden en un solo sitio. Siempre vienen mejores oportunidades”, dice. También envía un mensaje a los padres de niñas interesadas en estas carreras: “No les corten las alas. Confíen en ellas, porque si se lo proponen, lo van a lograr”.
Hoy, su historia es un testimonio de que, con determinación y esfuerzo, es posible romper barreras y alcanzar cualquier meta. Aunque la presencia femenina en el sector ha crecido, Miriam sabe que aún hay desafíos por superar. “Ahora hay más oportunidades, pero muchas mujeres todavía enfrentan dudas sobre su capacidad. Tenemos que demostrar nuestro talento una y otra vez”, concluye.