Okra Energy ha finalizado la construcción de la primera planta small scale de GNL del país. Empezará a producir en octubre con gas natural procedente del lote XIII, de Olympic.
Gas. Planta de Colán (Piura) iniciará producción en octubre. Proveerá GNL a las industrias norteñas, empezando con Sider-Perú, en Chimbote.
Un nuevo productor de hidrocarburos aterriza en el mercado de gas natural licuado (GNL), actualmente dominado por el consorcio Perú LNG, operador de la única planta local de GNL: Pampa Melchorita (Chincha). Nos referimos a Okra Energy, empresa estadounidense que inaugurará en octubre próximo el segundo proyecto de este tipo en el país: la planta de GNL de Colán, en Piura, región que cuenta con grandes reservas de gas que hoy son desaprovechadas. ¿Su objetivo? Suministrar GNL a las industrias norteñas que hoy alimentan sus procesos con diésel, combustible más caro y contaminante.
Melchorita vs. Colán
“Colán es la primera planta a pequeña escala de GNL del Perú y la quinta de Sudamérica”, refiere Bruno Vega, gerente regional de Okra para Sudamérica. En efecto, la instalación (US$50 millones) está en capacidad de procesar 3,6 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas, cifra pequeña en comparación con la capacidad instalada de Melchorita (625 mmpcd), pero suficiente para atender las necesidades de importantes industrias norteñas, como Sder-Perú (Áncash). De hecho, la firma siderúrgica se está aprestando a sustituir su matriz energética, basada en gas natural comprimido (GNC), por la de GNL. Y lo mismo ocurriría con varias ladrilleras y pesqueras. Según estimaciones de Vega, la producción de Colán satisfará el 83% del consumo de GNL en el norte peruano este año, superando la participación de Quavii, concesionaria del gas de Camisea en la misma zona. Y es que si bien la colombiana tiene un contrato de suministro de gas con Shell por hasta 13,7 mmpcd, dista mucho de alcanzar esa cifra debido a la competencia de los comercializadores de gas natural, que han capturado al sector industrial. Cabe aclarar, sin embargo, que Okra no venderá directamente el GNL de Colán a las industrias norteñas. “Ese trabajo lo hará el comercializador, al cual hemos vendido el cien por ciento de nuestra producción por los próximos siete años. Nosotros solo produciremos el gas”, explica Vega. Se trata, sin embargo, de una primera etapa, pues el diseño modular y flexible de la planta de GNL de Colán permitirá a Okra triplicar su capacidad de producción hacia el 2020. Para ello cuenta con capital propio y con el respaldo de la petrolera peruana Olyimpic, con la que tiene un contrato de suministro de gas por 19 años, procedente del lote XIII. “Ahora estamos recibiendo propuestas de otras petroleras de Piura que quieren monetizar la producción de gas que hoy ‘ventean’ o reinyectan sin beneficio alguno. Si eso se da, lo comercializaremos en el norte”, anota Vega.
GNL para el centro y sur
El horizonte de Okra no se agota, sin embargo, en el norte del país. La estadounidense proyecta replicar su modelo de negocio en el centro y sur, en ambos casos, con el gas de Camisea. Un objetivo, en ese sentido, es el proyecto de masificación del gas para la sierra centro-sur, que Pro Inversión planea licitar a mediados de diciembre próximo. “En Okra estamos interesados en tomar contacto con el adjudicatario final, para plantearle un estimado de negocios barato, basado en el suministro de GNL con otra planta small scale, que permitirá llevar el gas a lugares remotos como Puno, donde no es rentable un ducto”, explica Vega. Pero no solo eso. La estadounidense también estima que puede contribuir al relanzamiento del gasoducto al sur, en caso el gobierno opte por rediseñarlo como una ruta marítima. “Si así fuera, podemos participar construyendo el puerto de importación o cabotaje, para traer el gas desde Piura”, apunta Vega.
El GNL de Colán Poniendo en valor el gas del noroeste Okra opera un patio de fabricación en Alabama (EE. UU.) para construir plantas de GNL a pequeña escala, como la de Colán. Según Vega, el GNL de Colán es más competitivo que las alternativas, porque su costo de transporte es más bajo. También contiene más metano, lo que le brinda mayor poder calorífico.
1.500 kilómetros de autonomía aprox. brinda el GNL Esto es, 7 veces más autonomía que el GNV. Además, el GNL transporta el mismo volumen en 6 veces menos espacio.
El Comercio