Danilo Jurado Garayar, Superintendente de Gestión Ambiental en La Arena S.A. (Pan American Silver)

Danilo Jurado Garayar, Superintendente de Gestión Ambiental en La Arena S.A. (Pan American Silver)

ProActivo | Danilo Jurado Garayar, Superintendente de Gestión Ambiental en La Arena S.A., de la canadiense Pan American Silver, cuenta cómo la empresa promueve relaciones transparentes con las comunidades mediante la gestión del agua.

A pesar de los grandes beneficios sociales y millonarias regalías que se destinan a las regiones donde operan las empresas mineras, esta actividad aún despierta desconfianza en un sector de nuestro país. Por ello, es importante el trabajo de forma transparente, constante y de la mano de las poblaciones aledañas para que no sientan que los recursos naturales como el agua y el aire son afectados.

Danilo Jurado Garayar, explica cómo es la gestión del agua en la minera y destaca como parte esencial, el consumo balanceado de dicho recurso hídrico, para lo cual es vital tener datos certeros de cuánta agua fresca se usa en los procesos.

“El agua fresca representa el 3.14% del total de agua que utilizamos y descartamos. Se recircula 18 millones de metros cúbicos al año en el proceso de lixiviación. Se reúsa 295 mil metros cúbicos al año en el riego de caminos. Se compensa 1.3 millones de metros cúbicos al año de agua por desaguado del tajo Calaorco. La medición es clave, haciendo eso se puede hacer una gestión, cada vez más óptima”, afirmó.

Dando un panorama global de la minería, Jurado destacó el compromiso de la Asociación Minera de Canadá denominado HMS (Hacia una Minería Sostenible), de la cual es parte Pan American Silver, y por el que sus miembros demuestran el liderazgo mediante la inclusión de comunidades, el impulso de prácticas ambientales líderes a nivel mundial y el compromiso con la seguridad y salud de los empleados y las comunidades aledañas.

La clave es la gestión del agua

Agregó que administrar eficazmente el agua y gestionar de forma proactiva la calidad y cantidad de agua necesaria para reducir los posibles impactos es clave. “Se debe identificar, evaluar y responder a los riesgos y oportunidades relacionadas con el agua, como las lluvias, por ejemplo. También hay que participar activamente con los gobiernos, autoridades locales y partes interesadas. Todas deben ser identificadas e incluidas”, señaló.

Jurado subrayó que toda una unidad minera debe tener un compromiso con la responsabilidad hídrica, que debe estar demostrado ante la gerencia superior, ser coherente con el HMS y comunicarse a las partes interesadas, tales como empleados, contratistas y comunidades. “Se definen roles y responsabilidades. Desde recursos humanos hasta operaciones, todos tienen que ver con este tema”, aclaró.

Asimismo, recomendó la actualización frecuente del balance de aguas, incorporando los datos de monitoreos. “Es importante medir los bombeos, descargas, ampliaciones, transferencias de agua, datos climáticos, simulaciones y más. Todo eso es importantísimo para la toma de decisiones. La unidad minera debe establecer sus objetivos y metas respecto a los riesgos y oportunidades relevantes al agua, a nivel corporativo y a nivel local. El seguimiento del nivel de logro de los objetivos debe reportarse a la alta gerencia”, señaló.

Cómo generar confianza

“Generar confianza en la población es la clave. Para eso hay que trabajar bastante y medir. En general, las empresas en Perú cumplen con la legislación para operar. Pero cualquier actividad genera un impacto, impacto no es lo mismo que contaminación y ahí viene la confusión. Para contaminar hay que exceder lo que dice la norma. Hay que cambiar esa percepción. Hacemos monitoreos, compramos equipos para medir la calidad del aire en tiempo real. Si una persona viene y dice que siente el aire raro, vamos a su casa y le explicamos. Y luego le entregamos un informe con los resultados. Eso genera confianza. La confianza es lo que hace la diferencia”; afirmó.

Jurado destacó que hay pobladores muy cerca de la mina por lo que siempre están bajo observación. “De hecho la vía nacional Trujillo – Huamachuco pasa por la mina y alrededor de ella hay muchas casas, nos están mirando todo el tiempo. Por eso el tema de la percepción se volvió muy importante para nosotros. Eso nos ha permitido ir mejorando cada vez más y llegar a un nivel de optimización de procesos que ha sido muy beneficioso”, indicó.

Dijo que la dinámica es participativa con la población. “Sacamos la muestra con la población, se analizan los resultados, ellos también hacen sus propios análisis, al final ambos resultados se difunden en conjunto y ahí comprueban que lo que medimos es real”, agregó.

Jurado Garayar señaló que desde que llegó la pandemia la comunicación con las comunidades se ha facilitado gracias a los medios digitales como grupos de WhatsApp. “Más allá de los talleres, por ahí se difunden las documentaciones, afiches, entre otros. Son bien recibidos y la gente responde”, reveló.