En la región, el Perú es la segunda economía emergente con menos riesgo país (141 puntos) haciéndolo menos vulnerable a los choques externos. Esto se debe a que se viene aplicando, desde hace 28 años, una política económica dirigida a sostener sólidos fundamentos macroeconómicos, afirmó el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Este resultado, solo superado por Chile (135 puntos), está muy por debajo del promedio regional (501 puntos) y de países emergentes (380 puntos).
“La solidez de nuestra economía se refleja, entre otros indicadores, en el reducido déficit externo que actualmente es 1,6% del PBI y en su baja tasa de deuda pública (25% del PBI) que lo ubica como el segundo en la región con menor deuda pública. Por tanto, de presentarse una significativa interrupción en la entrada de capitales o una apreciable salida de los mismos, nuestro país podría enfrentar una nueva crisis externa”, señaló César Peñaranda, director ejecutivo del IEDEP de la CCL, en un comunicado.
Otra fortaleza que identifica el IEDEP es el alto nivel de reservas de casi 27% del PIB (más de US$60.700 millones) que tiene el país, que representa cuatro veces el total de obligaciones externas de corto plazo.
Además, la corrección fiscal permitirá que el déficit que llegó a 3,1% del PIB en el 2017 se vaya reduciendo paulatinamente hasta alcanzar un valor de 1% al 2021.
No obstante, podría haber un impacto en la economía vía el ámbito comercial en la medida que China y la Unión Europea, primer y tercer destinos de las exportaciones peruanas, se vean afectadas por la política arancelaria de los Estados Unidos que incrementa el gravamen a las importaciones que realiza.
En el mundo. En el ámbito internacional también existe una preocupación sobre Argentina, Turquía, Brasil, Sudáfrica, Rusia, India y Bolivia, países emergentes que registran bajos indicadores macroeconómicos y que en conjunto acumulan el 10,4% de nuestras exportaciones. Los primeros cinco países muestran altos niveles de depreciación que van entre 122% y 13,5%.
“El impacto y respuesta de los países ante una crisis dependerá de sus fundamentos macroeconómicos medido especialmente por las finanzas públicas y las cuentas externas”, comentó Peñaranda.
Precisamente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había adelantado que la situación macroeconómica de cuatro de estos siete países no iba ser favorable en el 2018. Son los casos de Turquía y Argentina, donde el déficit en cuenta corriente (como porcentaje del PIB) alcanza el -5,4% y -5,1%, respectivamente.
Además, la economía argentina presenta un balance fiscal y deuda pública de -5,5% y 54,1% del PIB, respectivamente. “Estos malos fundamentos llevaron a que sus bancos centrales eleven drásticamente sus tasas de referencia. En Argentina la tasa de referencia se ubica en 60%, la tasa más alta del mundo y en Turquía en 24%”, precisó el economista.
Por su parte Brasil, India y Sudáfrica – que presentan un elevado nivel de endeudamiento público – mantienen un déficit externo controlado que se observó en una menor depreciación de sus monedas. Al respecto, el IEDEP refiere que estos países requerirán ajustes fiscales vía mayores impuestos o menores gastos, pues sus déficits fiscales serían insostenibles.
Otra economía de menor tamaño, pero en condiciones similares a Argentina y Turquía, es Bolivia, con una deuda pública superior al 50% del PBI y con déficit gemelos fiscal y externo de 6,2% y 5,4% del PIB, respectivamente. “Estos indicadores deberían llevar a políticas de ajuste que frenarán su crecimiento, hoy considerado como el país de mayor crecimiento en la región”, anotó Peñaranda.
Fuente: América Economía