Perú cuenta con el potencial de generar hasta 4 millones 490 mil 521 toneladas de relaves mineros por los próximos años al 2030, de los cuales se demostró que 6 mil 736 toneladas poseen una ley de cobre disponible de 0.15% en las distintas categorías de relaves.
Según el estudio “Cinco nichos socio-tecnológicos críticos para una minería sostenible en la región andina”, elaborado por Cesco y MinSus, se estima que del material enriquecido con el metal cobrizo, es posible recuperar máximo el 10%, es decir, 674 toneladas de cobre.
De este modo, el documento señala que el volumen de mineral repuesto podría impactar de manera favorable en la disminución de los gases de efecto invernadero por un total de 3,389 toneladas de CO2 equivalente, contribuyendo a la menor huella ambiental de sus operaciones.
Los relaves son los principales residuos que genera la minería y se obtienen luego del proceso de concentración del mineral sulfurado, por lo que han generado un foco de preocupación asociado a su gran volumen, así como por su potencial inestabilidad física y química.
Por ello, se estudiaron los relaves de cobre para su uso en diversas aplicaciones, como cemento, ladrillos, hormigón y pintura. Por ejemplo, en nuestro país se probó con agregar relave de cobre en la elaboración de ladrillos y baldosas, en una cantidad de 10% a 22%.
Industria minera del futuro sin relaves
En una conferencia organizada por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Henry Brañes Gallardo, docente de la Universidad Nacional de Ingeniería, destacó que la industria minera peruana del futuro debe ser aquella que genere cantidades mínimas o nulas de relaves.
Con el objetivo de reducir lo máximo posible la disposición de relaves en superficie, propuso su mezcla con cemento y agua para la producción de relleno en pasta, que se utilizaría en el rellenado de las cavidades dejadas por la extracción en minas subterráneas.
Asimismo, sugirió el uso de relaves en la producción de ladrillos a partir de técnicas de depuración que eliminen todo rastro de elementos contaminantes, con lo que el producto final podría emplearse en construcción tanto para la mina como para las comunidades.
Relaves en seco para optimizar espacio
Por su parte, Maribel Guzmán, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en una edición del programa Cantera de Talentos para la Minería del IIMP, precisó que cada vez es más notoria la necesidad de buscar espacios más amplios para el almacenamiento de relaves.
A su juicio, esta situación motivó a algunas compañías mineras a reconducir sus esfuerzos en darle una nueva consistencia a sus relaves, a fin de reducir su volumen, ganar mayor sitio y albergar más de estas sustancias en la misma presa, sin necesidad de una ampliación.
Para ejemplificar lo descrito, citó el caso de Cerro Lindo, la cual utiliza una planta de filtrado para extraer la humedad y obtener un relave compacto y seco, lo que hace hace posible la optimización del espacio de la presa de relaves y la recuperación del agua para la operación.
Fuente: IIMP
Para aumentar la recuperación de cobre de estos relaves se tiene que modificar la granulometría, efectuando una remolienda (circuito abierto) para liberar los sulfuros de cobre y por el proceso de flotación se puede lograr una recuperación mayor del 65 %.
Luego, para disminuir los sulfuros presentes en los relaves (piritas) se puede separar estos sulfuros por gravimetría, obteniéndose un concentrado que puede contener otros metales que no han sido recuperados y que pueden tener valor económico (tierras raras). La pirita de este concentrado se puede separar por flotación y se puede utilizar como materia prima para fabricación de ácido sulfúrico y los óxidos residuales de fierro se utilizan para la fabricación de cemento.
El relave final consistiría de arcillas, cuarzo y rocas molidas (cajas) que se utilizarían para fabricar ladrillos comunes: 70 % de relave final y 30 % de arcilla.
“Así de simple”….