Las inauguraciones mineras se han detenido en Chile. El corte de cinta ya se extraña en el sector. Por ahora, solo vemos el desarrollo de expansiones de faenas ya existentes.
Así de preocupante está el horizonte minero en Chile. Prueba de ello es la cartera de inversión minera a diez años plazo (2025) que contempla la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). La cifra de inversión llega a los US$ 64 mil millones, un número relevante por cierto, pero solo destinado a expansiones.
Según el análisis de la consultora Plusmining, en el país las expansiones en carpeta acumulan US$ 53.159 millones, lo que equivale a 82% del total de los yacimientos en marcha. Por otro lado, los nuevos proyectos (o GreenField, como se les conoce dentro del sector) llegan a US$ 11.697 millones, es decir, solo al 18%.
Desde el país incaico la situación es diferente. Siendo el competidor número uno en la producción de cobre regional, la cartera del Perú -descartando proyectos en exploración, para hacerla comparable con la nacional- alcanza a más de US$ 22.800 millones, donde US$ 17.279 millones corresponden a iniciativas nuevas, según Plusmining.
En conclusión, la inversión peruana supera en 48% a la de Chile. Una explicación de dicho fenómeno, según el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, es que “Chile comenzó antes el último gran ciclo de inversión minera, en los 80 y 90, mientras que Perú ha tenido un desarrollo más intenso en los últimos diez años”, sostuvo.
Falencias de exploración
Según el análisis de Plusmining, la baja de nuevos proyectos demuestra también falencias en los niveles de exploración. “Las cifras hacen evidente algunos temas más estructurales en el caso de Chile, que pesan en la falta de proyectos GreenField, entre los que están los de nuestro sistema de exploración minera”, advierte Guajardo.
Para Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, “la señal que se ha estado dando es la de no desarrollar nuevos proyectos; simplemente se está autorizando el desarrollo de ampliaciones de faenas ya existentes”, lamentó. “Respecto a la aprobación de nuevos proyectos, nada. Estos se han venido rechazando de manera sistemática en los últimos años. El caso de Dominga fue emblemático en ese sentido. Con su rechazo se cayó la certeza de tener un amplio incremento en la inversión minera”, finalizó Villarino.
Fuente: América Economía