- Alemania proyecta duplicar su demanda de cobre hacia 2035 y apuesta por Perú como aliado clave. Al respecto, Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del IIMP, señala que el reto es combinar competitividad, sostenibilidad y legalidad para atraer inversión.
La creciente demanda mundial de cobre abre una oportunidad única para el Perú, que podría consolidarse como socio estratégico en la transición energética global. Alemania, una de las principales economías del mundo, ha proyectado que su consumo de este metal se duplicará hacia 2035 y ha puesto la mirada en el Perú como aliado clave.
En el marco de PERUMIN 37, la convención minera más importante de Latinoamérica, Alemania participará como país aliado, reforzando la importancia del cobre peruano en la cadena de suministro de minerales críticos.
“Contamos con ventajas indiscutibles: grandes reservas de cobre y una industria minera que es motor de ingresos fiscales. Sin embargo, para ser un socio confiable debemos ir más allá del recurso: necesitamos instituciones sólidas, eficiencia en la gestión pública y sostenibilidad ambiental y social”, destacó Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) en su más reciente columna del Semáforo Minero.
El ejecutivo subrayó que la minería moderna debe realizarse con responsabilidad y valor compartido, generando beneficios tanto para la economía nacional como para las comunidades locales. En ese sentido, resaltó el anuncio del ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, sobre las prioridades del sector: desarrollo territorial, industrialización de minerales, cierre responsable de minas y formalización de la pequeña minería.
No obstante, Ortiz advirtió que el país enfrenta un desafío crítico: la minería ilegal. “Este problema resta legitimidad al sector, genera contaminación y alimenta redes criminales. El reciente operativo con la incautación de más de S/29 millones en bienes es positivo, pero evidencia la magnitud del reto”, agregó.
Finalmente, el vicepresidente del IIMP señaló que la transición energética global es tanto una oportunidad como un examen de credibilidad para el Perú. “Si queremos liderar este proceso, debemos hacerlo con competitividad, sostenibilidad y legalidad. El mundo necesita cobre, y el Perú tiene la oportunidad de ofrecerlo de manera responsable, atrayendo inversiones y transformando su potencial en desarrollo para todos”, puntualizó.