En evento Rumbo a PERUMIN edición Perú Central, el exministro de Energía y Minas señaló que la clave para crear valor compartido está en vincular el retorno corporativo que resulta del impacto social
El consultor en temas estratégicos de sostenibilidad y exministro de Energía y Minas, Luis Miguel Incháustegui, señaló que Rimay, plataforma de promoción de diálogo y discusión en torno al sector minero, sería una estrategia de búsqueda de consensos sociales beneficiosa para el impulso de la minería en regiones del centro del Perú.
Como parte de su ponencia en la primera jornada del evento descentralizado de Rumbo a PERUMIN edición Perú Central, el cual involucra a las regiones de Junín, Lima provincias y Pasco, Incháustegui habló sobre la importancia de establecer consensos que impulsen el desarrollo pleno del potencial minero en el Perú.
“Rimay significa concordar en quechua, y éste se implementó con el objetivo de promover el diálogo para, primero, construir una visión de la minería al 2030 y, segundo, arribar a consensos entre sociedad civil, mineras y el Gobierno”, comentó el exministro, haciendo referencia al plan que fue aplicado durante su gestión.
Para ello, menciona Incháustegui, existen pasos para el cumplimiento de una estrategia social que incremente la cooperación y disminuya el nivel de conflicto. Ello con el propósito de generar un valor compartido basado en el diálogo y la escucha de las partes involucradas, desarrollo de planes sostenibles y un enfoque multiactor.
Sin embargo, el exrepresentante del Minem, señala que persisten desafíos generalizados en las zonas que cuentan con actividad minera como son las brechas sociales; la gestión de los impuestos recaudados (provenientes de la actividad minera); la falta de colaboración entre Estado, empresas y comunidades; los rezagos de pasivos ambientales y la minería ilegal; y, finalmente, la lentitud de procesos para la obtención de licencias y permisos para el desarrollo de nuevos proyectos.
“La clave para crear valor compartido está en vincular el retorno corporativo que resulta del impacto social. Es necesario convertir la creación de un impacto social, junto al de un impacto de negocio y la innovación, en un círculo virtuoso”, finalizó Incháustegui.
Fuente: IIMP