minería artesanal

(Foto: PNUD)

Al ser el primer productor de oro de América Latina, más de 250,000 mineros artesanales y pequeños mineros en Perú están afectados profundamente por la crisis de la COVID-19. Si bien esta fuerza laboral aportaba hasta el 20% de la producción de oro nacional y estaba en proceso de formalización, hoy es por mucho vulnerable. Así, esta pandemia hace evidente la necesidad de una política inclusiva que los proteja y apunte a una transformación del sector.

Aunque el precio del oro se mantiene a nivel internacional, el cierre de las fronteras y la cuarentena restringen la extracción y comercio de este mineral en el país. Esto ha provocado que, por una parte, exista un exceso de volumen de oro que no puede ser vendido; y por otro, que algunas ventas se realicen a precios muy bajos. Todo esto repercute en la cadena de pagos que impacta directamente a los pequeños mineros, mineros artesanales y pallaqueras, mujeres que seleccionan manualmente el oro de desmontes derivados de esta actividad.

Si bien hasta antes de esta crisis, los mineros artesanales y pequeños mineros de oro estaban avanzando en su formalización con el Ministerio de Energía y Minas, la mayoría aún es informal. Se trata de una fuerza laboral vulnerable con un flujo de caja limitado. En efecto, un minero artesanal solo puede dejar de trabajar durante una campaña, unos 15 a 20 días en los que podrá sustentarse con ingresos de la anterior campaña.

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En el último año, desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) venimos trabajando con el país para afianzar una minería de oro artesanal y pequeña escala más inclusiva y responsable. Es por eso que en esta crisis reiteramos nuestro compromiso de apoyar todos los esfuerzos nacionales para incluir a esta fuerza laboral minera en el centro de las políticas económicas e impulsar una transformación del sector.

Una respuesta inmediata

Para proteger a los mineros artesanales durante esta cuarentena, una prioridad inmediata es garantizar su acceso a subsidios y créditos. Para los créditos es importante activar el Fondo Minero, aprobado por Decreto Legislativo 1336, que beneficiaría a casi 54,000 mineros artesanales y pequeños mineros inscritos en el Registro Integral de Formalización Minera. A su vez,  facilitar acceso a la línea de crédito que el Gobierno peruano ha destinado para micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Si bien los mineros formalizados sí son parte de estas mipymes, convendría que también accedan aquellos que están en proceso de formalización.

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Por su parte, quienes se dedican al pallaqueo y cachorreo son un grupo con alta vulnerabilidad y muy poco visibilizado en la producción de oro en el país, debido a la informalidad en que se encuentran. Una manera de garantizar su acceso directo al bono destinado a poblaciones vulnerables como esta, es a través del padrón del Ministerio de Energía y Minas donde se encuentran inscritos, y del registro de asociaciones de pallaqueras constituidas en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos.

A la par de estas medidas, es importante asegurar la compra de oro artesanal a precios justos. Esto podría darse, de manera excepcional y temporal, a través de la firma de convenios express con nuevas comercializadoras de oro, bajo la supervisión de las autoridades nacionales, con la finalidad de dar liquidez a estos productores artesanales.

Cuando las restricciones se levanten gradualmente y los mineros artesanales vuelvan a sus actividades, desde la iniciativa planetGOLD, implementada con el liderazgo del Ministerio del Ambiente en alianza con un diversas organizaciones vinculadas a este sector, lanzaremos la campaña “MAPE sin COVID-19”. A través de esta, sumaremos esfuerzos con las organizaciones mineras para evitar el contagio de este coronavirus, además asesoraremos y acompañaremos a los gobiernos regionales.

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Una transformación sostenible

Además avanzaremos hacia una transformación sostenible para todos los mineros artesanales y de pequeña escala ya que, a pesar de que producían aproximadamente una cuarta parte de las exportaciones nacionales de oro, este esfuerzo solía ser opacado por el uso del mercurio que afecta su salud y contamina el ambiente.

El primer paso está en la formalización que, como hoy vemos, es la principal vulnerabilidad de los mineros artesanales ante esta emergencia. Esta formalización será sostenible de la mano con el desarrollo de capacidades de los mineros que les permita utilizar métodos libres de mercurio, con un mejor acceso a financiamiento, incentivos y mercados responsables.

Sin duda este coronavirus es mucho más que una emergencia sanitaria, es una crisis que pone en riesgo el progreso de todos los países. Esta es una oportunidad única de lograr una transformación de la minería artesanal, para que la formalidad trascienda al futuro convirtiendo a este sector en sostenible, inclusivo y responsable.

Fuente: PNUD