Los precios del oro subían levemente el viernes mientras los inversores sopesaban el impacto económico del brote de coronavirus COVID-19 y los mercados financieros se estabilizaban un poco tras su desplome, pero el lingote aún se encaminaba a su peor semana en más de tres años.
El paladio, usado para la fabricación de catalizadores de automóviles, tenía una fuerte alza tras su desplome de casi 28% del jueves, pero también cerraría con su mayor declive semanal.
A las 0956 GMT, el oro al contado subía un 0,38% a 1.582.74 dólares por onza luego de un retroceso más de temprano en la sesión de 1%. En la semana, el metal ha caído un 5,1%, el mayor descenso desde noviembre de 2016, incluida la caída de 4,5% del jueves.
Los futuros del oro en Estados Unidos cedía un 0,1% a 1.589,20 dólares la onza.
Los futuros de acciones de Europa y Estados Unidos se negociaban en territorio positivo y algunas de las pérdidas más profundas de Asia se recuperaron al final de un día en que la liquidez apretada exageró los movimientos.
La Reserva Federal proporcionó una inyección de liquidez masiva el jueves, después de haber recortado su tasa de interés de referencia la semana pasada.
El paladio subía un 7,2% a 1.962,97 dólares por onza, luego de una fuerte caída en la sesión anterior, pero se encaminaba a una disminución semanal de aproximadamente 24%.
El platino ganaba un 4,1% a 794,28 dólares por onza, pero tiene un descenso de 11,5% en la semana, la caída más pronunciada desde 2010. La plata cedía un 1,1% a 15,65 dólares por onza, habiendo bajado anteriormente hasta 3,3%.
Fuente: Reuters