Los precios del petróleo se recuperaron levemente el martes, después de una caída de más del 4% el lunes, ya que la atención de los inversores se centró en el descenso de inventarios en Estados Unidos y renovados problemas de suministro en Venezuela y Libia.
Las interrupciones de bombeo en Venezuela recobraron importancia, ya que dos de los cuatro mejoradores de crudo extrapesado del país serán sometidos en las próximas semanas a mantenimientos. Las instalaciones tienen una capacidad combinada de 700.000 barriles por día (bpd).
“El mercado se apuntala cada vez que hay una actualización de que la situación en Venezuela está, de hecho, empeorando”, dijo John Kilduff, de Again Capital Management en Nueva York.
Los futuros del crudo Brent subieron 87 centavos, a US$72,71 el barril, su nivel más bajo desde el 17 de abril. El lunes, el referencial retrocedió un 4,6 %.
El petróleo West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos subió 27 centavos, a US$68,33 el barril, después de haber retrocedido un 4,2% el lunes.
Además del desplome de la producción venezolana, los operadores están atentos a los inventarios en Estados Unidos, que podrían caer en 3,5 millones de barriles en la semana del 13 de julio, según un sondeo de Reuters.
El mercado está buscando señales claras sobre el suministro, incluido si Estados Unidos liberará crudo de su Reserva Estratégica de Petróleo y si el bombeo en Libia repuntará tras los enfrentamientos militares de hace unas semanas, dijo Tariq Zahir, de Tyche Capital en Nueva York.
El martes los corredores detuvieron su atención en el informe semanal de la Agencia de Información de Energía (EIA) sobre las reservas estadounidenses, que se espera para este miércoles.
Después de una baja de 12.6 millones de barriles en los inventarios de crudo la semana pasada, los analistas esperan una nueva baja de 4,25 millones de barriles de crudo en la semana cerrada el 13 de julio, de acuerdo con el consenso de la mediana compilado por Bloomberg.
Las reservas de gasolina habrían caído en 850.000 barriles y los de otros destilados (gasóleo de calefacción y diésel) habrían aumentado en 1,09 millones de barriles.