Los metales industriales están en camino de figurar entre los mejores resultados de 2020, apoyados por la demanda de China y las preocupaciones de la oferta mundial.
Hasta el viernes, el índice de metales industriales del MSCI, que sigue el precio del cobre, níquel, aluminio y más, subió un 21,4% en lo que va de año, justo por debajo del índice de metales preciosos, que subió un 21,9%. El más amplio S&P GSCI, que mide los metales así como los productos básicos agrícolas y relacionados con la energía, estuvo en casi un 10%.
Los precios del cobre se han disparado este año gracias no sólo a la fortaleza económica de China, el mayor consumidor de este metal, sino también por su papel esencial en tecnologías nacientes como los vehículos eléctricos (EV) y la energía verde renovable.
Sin embargo, el principal producto básico más caliente ha sido el mineral de hierro. Utilizado para fabricar acero, el metal ha aumentado casi un 70% en 2020, con el comercio de futuros de hierro en la Bolsa de Singapur que supera los 155 dólares por tonelada métrica el viernes por primera vez desde que el contrato entró en línea en 2013.
Asimismo, se está fortaleciendo rápidamente la actividad de las fábricas en todo el mundo. En noviembre, los sectores manufactureros de varios países se encontraban en modo de expansión, según el índice mensual de gerentes de compras (PMI), que es un indicador líder de la demanda.
Pero lo más destacado es China, la única gran economía que ha experimentado una fuerte recuperación tras el retroceso provocado por la pandemia de coronavirus.
Los Estados Unidos en comparación se está recuperando muy bien, pero todavía tiene un largo camino por recorrer antes de llegar a los niveles prepandémicos. En noviembre, el número de puestos de trabajo en el país todavía estaba por debajo del máximo de febrero en casi 10 millones.
Solo el inicio
El rally sólo está empezando, y podríamos ver precios de activos cada vez más altos en 2021, por un par de razones significativas.
Número uno, el presidente electo Joe Biden planea hacer de la infraestructura una de sus principales prioridades poco después de tomar posesión del cargo el próximo mes. Las propuestas tienen a los EE.UU. gastando hasta 2 billones de dólares no sólo para mejorar las carreteras, puentes y puertos marítimos, sino también para reforzar el sector de los vehículos eléctricos, añadir estaciones de carga, convertir los autobuses escolares a cero emisiones y más.
Los planes de Biden podrían atraer la inversión privada en infraestructura, incluyendo la de los fondos de inversión de pensiones y seguros, según Reuters. Esto, a su vez, podría apuntalar el mercado de metales básicos.
La segunda gran razón tiene que ver con la inflación impulsada por los paquetes de estímulo adicionales y la impresión de dinero. La semana pasada, el legendario administrador de dinero de Bridgewater Associates, Ray Dalio, celebró un evento de “Pregúntame lo que sea” en Reddit, durante el cual dijo que era improbable que la “inundación de dinero y crédito” se redujera el próximo año. Así pues, “los activos no disminuirán cuando se midan en el valor depreciado del dinero”, sugirió el multimillonario inversor.
En otras palabras, todo ese dinero tendrá que ir a alguna parte, y eso incluye los metales comunes y otros productos básicos.
El Congreso está considerando actualmente un proyecto de ley de estímulo de 908.000 millones de dólares que es apoyado por la Casa Blanca. De acuerdo con Barron’s, la economista principal del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, está instando al Congreso a aprobar el paquete de ayuda incluso a riesgo de calentar la inflación, lo que sería un apoyo a las materias primas.
Recuerden, la Reserva Federal parece no estar interesada en contener la inflación. En agosto, el Presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reveló un nuevo enfoque de política que permitiría que la inflación promediara el 2% a lo largo del tiempo, lo que significa que se tolerarían los picos de precios mes a mes.
Fuente: Mining.com