La presidenta del Fondo Peruano para el Agua, Nicole Bernex, acusó la ausencia de políticas de ordenamiento territorial, y que este proceso se reduzca a la zonificación ecológica económica (ZEE) de tipo agrarista fundada en la capacidad de uso de la tierra, que considera principalmente las tierras agrícolas, bosques y espacios de protección.
“Se carece de un mapa de ecosistemas, frenando así los procesos de valoración de la diversidad y de los recursos territoriales que tenemos”, precisó al dictar una conferencia sobre “Agua y ordenamiento territorial en el Perú” en el marco de Perumin – 30 Convención Minera.
Dijo que la visión que se tiene no es suficientemente global e integradora, por lo cual surgen “procesos informales, ambientalmente perversos”.
“Tenemos una necesidad de procesos articulados, de desarrollo equilibrado en el territorio, cuyo ordenamiento no depende sólo de la competitividad que debería darle el instrumento privilegiado de la ZEE sino que necesita de una mayor cohesión territorial”, acotó.
Sostuvo que la ZEE tiene que cambiar de enfoque y ser eco sistémica, orientada al bienestar humano, junto a otro instrumento de demarcación territorial y articulación de redes e interconectividad, desde el desarrollo endógeno a escalas macro, meso, micro, urbano y rural.
Desarrollo territorial inclusivo
“Hay necesidades de potenciar las capacidades internas de un territorio para fortalecer la sociedad y la economía desde adentro hacia afuera, de manera eficiente, con desarrollo incluyente y sostenible en el tiempo”, puntualizó la experta.
Según agregó, actualmente muchos ministerios se ocupan del ordenamiento territorial, como los de Vivienda, la PCM, el Minam, los gobiernos regionales y locales, lo cual no es lo más apropiado.
“Falta gobernabilidad y claridad en los roles institucionales. Aunque hay políticas nacionales hacia la coordinación institucional, en algunas regiones mejor que en otras, hay sobretodo aspectos que no ayudan a la gobernabilidad, como la débil fiscalización, la politiquería, etc. Y sobre todo la corrupción y el sector informal, que ven en las instituciones formales a grandes enemigos”, manifestó.
Logros en gestión de agua y cuencas
De otro lado, Bernex destacó los logros de Perú en la gestión de los recursos hídricos y manejo de cuencas, que marcha a tono con la corriente mundial de sostenibilidad y de gestión integrada del agua.
Recordó como antecedentes en esa ruta, la creación del Pronamachcs en los 90 y los primeros planes maestros de cuenca, como el de Chancay – Lambayeque.
“La creación del Conam ha sido otro hitoto importante y en el 2000 surge el Acuerdo Nacional, la descentralización, el 2008 se crea la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y surge el ministerio del Ambiente (Minam) con una política nacional del ambiente”, precisó la especialista.
Refirió que a partir de los 90, con el crecimiento importante de la minería, se desarrollan las vías ambientales, los Programas de Adecuación y Manejo Ambiental, y en el 2000 se multiplican los Estudios de Impacto Ambiental, la responsabilidad social empresarial comunitaria y ambiental, mientras que a nivel de cuenca sigue la gestión de agua desde la oferta.
“A partir del 2000 paulatinamente se revierte este enfoque hacia un gestión hídrica desde la demanda integrada; que es un proceso que tiene 3 años, y que significa un trabajo de modernización”, afirmó.
Acotó que en el mundo se ha fortalecido el enfoque eco sistémico, que toma cada vez más en cuenta los servicios para el bienestar que brinda la seguridad climática y económica con las capacidades de regulación que brindan a su vez, seguridad hídrica y alimentaria.
Gestión integrada en 159 cuencas
“El desarrollo de los procesos de gestión integrada de recursos hídricos y de cuencas, significa pasar de la fragmentación a la integración, de la explotación a la conservación y uso racional. De la gestión de la oferta a la gestión de la demanda, del paternalismo a la participación, y de la centralización al proceso de descentralización”, pormenorizó Bernex.
Anotó que en el Perú evolucionó el enfoque de desarrollo hídrico, que se tornó más participativo y con un relevante desarrollo de los procesos de gestión integrada de cuencas por la labor continua de la ANA, que realiza gestión multisectorial en 159 cuencas.
“Hay también una participación concertada en los consejos de recursos hídricos de cuencas a partir de diálogos con todos los sectores y con la población”, indicó.
Asimismo, expresó que otro instrumento, es el sistema nacional de gestión de recursos hídricos, a través del cual participan todos los actores, facilitando un trabajo compartido en la articulación de la gestión del Estado, para el aprovechamiento sostenible, la conservación y protección de las fuentes de agua.