Alberto Ñecco, Director Ejecutivo (e) de ProInversión
Ya hay empresas precalificadas para el proceso, que será este año, señaló el director ejecutivo de ProInversión
¿Cuáles son los proyectos que tiene previstos ProInversión para el 2019?
Este año tenemos 16 proyectos por US$2.500 millones, pero los principales que podría mencionar son el de PTAR Titicaca, que está adjudicándose el 27 de marzo. Ahí estamos en la recta final. El documento ya se encuentra en revisión de contraloría, que es básicamente la última revisión. Luego de eso, ya se puede definir una versión final del contrato, que vamos a llevar al consejo directivo y con eso ya pasamos a la adjudicación. Si no tenemos mayores contratiempos con contraloría, debemos estar fácilmente cumpliendo la fecha.
El ferrocarril Huancayo-Huancavelica es otro de los proyectos importantes que vamos a sacar en julio, igual que la masificación del gas natural en las siete regiones del sur del país, y luego tenemos un paquete de proyectos de transmisión eléctrica. Tenemos también dos proyectos de puertos: Chimbote y Marcona, que son iniciativas privadas. Si bien estamos avanzando junto con el sector y con los proponentes, dependemos mucho de la vuelta del proponente de continuar con los procesos.
Luego tenemos otros proyectos: el tema de iniciativa privada de Algarrobo, la operación y mantenimiento del centro de convenciones de Lima, entre otros.
La masificación del gas ha tenido varios retrasos. ¿Este año hay algún riesgo?
Los retrasos que tuvimos el año pasado se debieron a temas de diseño en la estructura que el ministerio [de Energía y Minas] nos solicitó revisar e implementar, buscando justamente mejorar la capacidad del proyecto de lograr una masificación del uso del gas. Hemos avanzado bastante y nos encontramos en una etapa muy avanzada. De hecho ya hay empresas precalificadas para el proceso.
¿Puede afectar este proceso de masificación del gas el hecho de que Bolivia esté anunciando la exportación de gas hacia el Perú, sobre todo por la zona sur?
Desde el punto de vista del proyecto de masificación, yo creo que no, porque al final del día, el proyecto de masificación es uno de distribución de gas. Lo que el proyecto en realidad busca –o está diseñado para conseguir– es la distribución de la molécula económicamente más beneficiosa para la población. Por ejemplo, en Pucallpa, Aguaytía está cerca y, por un tema de proximidad geográfica, seguramente será Aguaytía [el origen del gas]. Camisea está cerca a las siete regiones, pero si existiese una fuente alternativa de gas natural que presenta una beneficio adicional para la población, pues el proyecto permite trasladar esos ahorros al poblador.
¿Qué estado de avance tiene Michiquillay?
Esa pregunta la tiene que hacer al ministerio [de Energía y Minas] porque nosotros, luego de la adjudicación y la firma del contrato, ya no tenemos competencia legal para hacer la supervisión. Es un tema que –entiendo yo– viene avanzando, que el ministerio lo tiene trabajando con Southern, pero ahí el autorizado para hablar es el ministerio.
Fuente: El Comercio