ProActivo | Renzo Macher, gerente de Desarrollo de la Compañía de Minas Buenaventura dio alcances sobre el proyecto de oro y plata San Gabriel ubicado en el distrito de Ichuña, provincia de Sánchez Cerro, región Moquegua.
El proyecto San Gabriel, cuenta con su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) aprobado y avanza a paso firme en la viabilidad de la construcción de sus instalaciones internas y externas, dio cuenta el ejecutivo.
“Estamos procesando la construcción de una presa de 760,800 metros cúbicos, que ayude a regular el agua de la cuenca y evitar el consumo de agua destinado a las comunidades de su entorno y de las poblaciones situadas aguas abajo”, manifestó en declaraciones recogidas por ProActivo, en el marco de las Conferencias Rumbo a Perumin.
Macher declaró que el proyecto colinda con la quebrada Agani -que solo tiene agua algunos meses del año-, y tiene una extensión de 6 kilómetros cuadrados respecto a los 15 kilómetros que representa la cuenca del valle del Tambo, “cuya agua va a ser regulada al punto que sea imperceptible para nuestra operación”.
“El proyecto se inicia con una vida útil de 10 años, pero se espera que se extienda por mucho más tiempo, como los casos de Orcopampa y Uchucchacua, que empezaron igual y ya llevan 60 años produciendo, gracias al esfuerzo de los equipos de geología de la empresa”, manifestó.
San Gabriel cuenta con reservas de 10 millones de toneladas, con 4.7 gramos por toneladas, son como 1.7 millones de onzas de oro. La mina será subterránea, con una planta de molienda y lixiviación en tanques; y electrowinning.
Reservas y trabajo
El ejecutivo declaró que San Gabriel cuenta hoy con 11 millones de reservas probadas y probables, y otras 783 mil de inferidas, “lo que demuestra su larga continuidad de mineralización hacia abajo”.
“El capex inicial es de 422 millones, y la forma como esto va a impactar a la reactivación económica del Perú es creando 2 mil puestos laborales durante la construcción, y 500 puestos de trabajo para la operación durante los siguientes 13 a 15 años”, manifestó.
Refirió que la planta de procesamiento se trabaja con el apoyo de la empresa Ausenco, que tendrá una capacidad de 3,000 toneladas por día y que se estima crecerá hasta las 6 mil, que es la capacidad autorizada por el EIA.
Añadió que los relaves que se generen van a ser filtrados por un sistema especial para así poder recuperar la máxima cantidad de agua, y no afectar a las poblaciones de aguas abajo.
“San Gabriel está en una zona del Perú con mucha exposición a la radiación solar, lo que nos ayudará al secado de los relaves con tecnología de filtrados para recuperar el agua”, indicó.
Precisó que las relaveras filtradas tienen concentraciones de 15% o 20% de agua cuando son compactadas y luego secadas, lo que además brinda mayor seguridad en caso de sismos.
Energía
El gerente de Desarrollo de la Compañía de Minas Buenaventura explicó que para el proyecto San Gabriel necesitarán llevar una línea de transmisión y una línea de acceso. “La línea de transmisión va a tener una potencia de 22 MW y son 50 kilómetros de línea de transmisión a 220 KV”, dijo.
Manifestó que la vía de acceso existente va paralela a la línea de transmisión y se trata de un camino regional con una nueva demanda de 200 vehículos, la cual entra dentro de la capacidad existente de la mina, “son 72 km con 4 metros de ancho”. Pormenorizó que empieza en el pueblo de Titire (donde está la interoceánica), hasta el pueblo de Ichuña. El proyecto se encuentra exactamente a la mitad, más o menos a 40 kilómetros de cada extremo.
Plan de ejecución de San Gabriel
Buenaventura está a la espera de la última licencia de construcción para iniciar operaciones, con la expectativa de empezar la primera mitad del año 2022. Ya culminó el proyecto de factibilidad, trabajado con la empresa Ausenco, y que ya fue presentado a su directorio.
“Los equipos primarios y secundarios están en proceso de licitación, la idea es comprarlos y que esa ingeniería de detalle inicie lo antes posible. Comprar las estructuras metálicas y el resto de los materiales, va a ser una combinación entre compras de Buenaventura y compras de los contratistas”, informó Renzo Macher.
El ejecutivo dijo que la compra total de los equipos principales y secundarios; así como de las estructuras metálicas, están a cargo de Buenaventura; en tanto que de los materiales el 50% lo hará Buenaventura y el otro 50% los contratistas. “La idea es que Buenaventura firme los contratos con cada una de las empresas, pero es Ausenco, a través de un EPCM el que nos ayuda a administrar”, afirmó.
Finalmente, Renzo Macher expresó que, a mediados del 2021, la ingeniería básica está culminada, los equipos principales están en proceso de compra, y empiezan el Operational Readiness de la planta, también con la selección del equipo que va a participar durante la ingeniería de detalle, con la idea que se quede a operar. “La expectativa de inicio de operaciones sigue siendo en el último trimestre del 2024, pendiente aún la licencia de construcción”, afirmó.