Pablo Saravia, socio de Auditoría y líder de Minería de PwC Perú, destaca que el Perú aún encierra grandes oportunidades para canalizar nuevas inversiones para el sector minería. Ello a pesar de los riegos que padece actualmente por causa de los conflictos sociales afectan el normal desarrollo de las operaciones mineras.
“Siempre hay oportunidades cuando hay situaciones coyunturales problemáticas. Ante ello, el Estado tiene que dar firmes condiciones bajo reglas claras que garanticen las inversiones”, agregó.
Bajo esa perspectiva, afirmó que el PDAC 2023, es una magnífica oportunidad para que las autoridades peruanas que asistan a esa convención minera de talla mundial le aseguren a los cientos de inversionistas mineros asistentes que “si bien tenemos nuestros problemas, también ofrecemos muchas oportunidades para la inversión minera’’.
Mayor inversión en exploración es vital Saravia consideró que la oportunidad para impulsar un mayor desarrollo minero, es seguir con mayor producción e invirtiendo en actividades de exploración para descubrir nuevos yacimientos.
“El Gobierno tiene que dar señales activas, no solo en términos verbales de ‘vamos a apoyar a la inversión’, pero que son carentes de acciones complementarias concretas, para que vea el inversionista que efectivamente es un rumbo seguro”, explicó.
Manifestó que ahora las empresas mineras grandes, medianas y pequeñas, nacionales y extranjeras, tienen dentro de sus estrategias de gestión de riesgos, un comité de evaluación de la coyuntura política durante el transcurso de sus operaciones.
Otro problema es la continuidad del gobierno, señaló. “Ante esa situación, los inversionistas dicen ‘mejor que las autoridades peruanas vengan al PDAC y aclaren la situación’ sobre cuáles son
Los riesgos y los planes que tiene el actual Gobierno para garantizar las inversiones”, anotó.
Cambio de Constitución alejaría las inversiones
El socio de Auditoría y líder de Minería de PwC Perú destacó que la actual Constitución del Perú permite a los inversionistas tener seguridad respecto a que no habrá cambio de las reglas de juego imperantes, como ocurre desde 1993.
“Pero si ocurriera un cambio de Constitución, definitivamente las inversiones se van a alejar totalmente del Perú e irse a otras regiones del mundo. Si esto pasara, vamos a perder la gran oportunidad de un mayor desarrollo de nuestra minería y desaprovechar las oportunidades del cambio energético, en donde el cobre es el gran protagonista”, advirtió.
Riesgos actuales
Expresó que los principales riesgos existentes y que perjudican a la minería peruana están más vinculados a la estabilidad de sus operaciones. “Muchas empresas mineras se han visto afectadas con los bloqueos de carreteras, con lo cual se ha paralizado el traslado de la producción de los metales para su exportación, incumpliendo compromisos de entrega a los clientes. También atenta contra sus planes de minado”, añadió. Apuntó que, en consecuencia, las empresas no pueden vender y recaudar; con lo cual el Estado también se perjudica por la reducción en la recaudación de impuestos.
“Entonces, el accionista de esas empresas revalúa si vale la pena continuar invirtiendo en la minería peruana o si es mejor mirar hacia otros países. También afecta el interés de los nuevos inversionistas que quieren entrar al Perú en exploraciones o en fase de producción de operaciones”, consideró.
Anotó que, definitivamente, los bloqueos afectan el clima de confianza que requiere todo tipo de inversiones. “Perú es un país minero, somos los proveedores del mundo de minerales críticos, principalmente el cobre, entre otros. Somos un proveedor importante para el cambio energético ya en proceso y que se potenciará en los próximos años”, remarcó.
El ciclo minero requiere de grandes inversiones
En otro momento, refirió que el desarrollo de los proyectos mineros es muy complejo y requiere de grandes inversiones, pues se inicia con la exploración, a lo que siguen las fases de construcción, producción y el cierre. “En la exploración es muy importante el financiamiento. Ello por la investigación geológica, la prospección y el análisis de data geológica para determinar reservas y saber cuánto se va a requerir de financiamiento para seguir con las siguientes etapas”, detalló.
Subrayó que toda exploración representa un alto riesgo para el inversionista, porque no necesariamente va a ser exitosa, y tiene un proceso de maduración, que podría tardar más de 10 años.
“Luego queda la construcción con la permisología correspondiente, el análisis de viabilidad del proyecto y la obtención de la licencia social, todo lo cual se hace ante diferentes entidades del Estado”, dijo. Estimó que, dependiendo de la magnitud del proyecto, los trabajos de exploración pueden costar entre 500 millones y 2,000 mil millones de dólares, por lo que se buscan socios y conforman conglomerados para poder desarrollar la construcción y puesta en marcha de un proyecto.
Este artículo forma parte de la Revista ProActivo – Edición PDAC 2023