Con la tribuna adecuada, el presidente Humala aprovechó tres minutos de su discurso ante decenas de empresarios que acudieron, el miércoles 11 de junio, al aniversario 118 de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) para anunciar la aprobación de un paquete de medidas encaminadas a reactivar la inversión. Punto a favor del Gobierno.
Tras detallar algunas de esas medidas, el ministro Luis Miguel Castilla ofreció ir al Congreso “la semana entrante a sustentarlas”. Nueve días después, el jueves 19 de junio, dos de los proyectos en mención recién llegaron al Legislativo, un día antes de que culmine la primera ampliación de segunda legislatura, que debió finalizar oficialmente el 15. Punto en contra.
Con el marcador igualado en lo que parece ser el partido más importante para el Gobierno, que no quiere poner en juego lo avanzado en la lucha contra la pobreza, lo sui géneris del paquete es que abarca distintos frentes y con facilidad pasa de lo tributario a lo ambiental, sin dejar de lado algunas medidas administrativas encaminadas a promover la inversión.
Se trata, pues, de un conjunto de normas que buscan corregir –a todas luces– los errores que en el camino fue encontrando en los diferentes niveles de gobierno el equipo especial de seguimiento de la inversión creado por el MEF hace poco más de un año.
¿QUÉ ESPERAR?
El paquete en mención busca reactivar la economía en un contexto en el que, después de cinco años, nuestro PBI creció a su tasa más baja: 2,01% en abril; mientras que la inversión privada –nuestro principal motor de crecimiento– siguió el mismo derrotero: 1,6% de expansión en el primer trimestre, la menos auspiciosa desde el 2009.
“Lo importante [del paquete] es para las empresas y los consumidores. Ellos lo van a percibir en más empleo y en mayores oportunidades”, ha sido la afirmación enfática del titular del MEF. Pero, ¿es realmente suficiente?, y, ¿ayudará a que el 2014 no sea recordado como el de peor resultado para el gobierno de Humala y compañía?
Según el economista Alfredo Thorne, la “situación es muy complicada” porque las medidas del Gobierno no solo tienen un “efecto retardado”, también están pensadas para “atacar el crecimiento del largo plazo, cuando lo que se necesitaba era reactivar la demanda”.
De igual opinión es Enzo Defilippi. Para el economista, “lamentablemente, es probable que las reformas anunciadas sean insuficientes para frenar la desaceleración de la economía en el segundo semestre del 2014”. Sin embargo, confía en que sí podrían aumentar el PBI en varios puntos durante los próximos años.
¿EMPRESARIOS A GUSTO?
Frente a ese panorama, existe una clara preocupación por parte delempresariado, que además de haber disminuido sus expectativas de contratación de personal, también es menos optimista con relación al futuro de nuestra economía [ver infografía].
Pero más allá de la oportunidad tardía del paquete, las medidas que lo forman parecen no haber sido suficientes. Para el ex presidente de la Confiep, Ricardo Briceño, si bien estas “tienden a recuperar la confianza del empresariado, para tener una confianza absoluta es necesario que se aprueben en breve”.
Y aunque para el empresario se ha hecho un gran esfuerzo para atacar temas que eran bastante difíciles, la verdadera recuperación se verá más adelante. ¿Cuándo? Después de que se retome el ritmo de la inversión privada. “No creo que el efecto en las cifras mensuales del PBI sea inmediato”, afirmó.
Contrario a ello, Juan José Calle, ligado a una de las pocas actividades que siguieron creciendo en medio de la desaceleración,sostiene que pensar en un efecto reactivador en el corto plazo en su sector, [la industria de los centros comerciales] sí es correcto.
“Todas las medidas son un esfuerzo importante para reactivar la confianza, específicamente en nuestro sector, en donde es fundamental para que siga dinamizándose”, dijo.
Como otrora cabeza de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), “sector en el que existen actividades paralizadas desde hace tres años y sin avances”, Pedro Martínez, quien no se anima a dar un pronóstico de lo que podría ocurrir, reconoce el carácter reactivo de las medidas, que “son una clara respuesta al clamor general de los gremios empresariales que en reiteradas oportunidades han solicitado soluciones con urgencia para que la inversión siga fluyendo”.
Y no se equivoca. En su afán por “enmendar” los errores del pasado, el Gobierno parece haber entendido que con indicadores a la baja, lo mejor es “retroceder un paso para avanzar dos”. De ahí que muchas de las medidas corrijan normas recientemente dadas como la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo (LSST) o la puesta en marcha de laSuperintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), incluso la norma general antielusiva de la Sunat que fue calificada como “anticonstitucional y extremadamente peligrosa” por la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
¿QUÉ ES LO QUE FALTÓ?
A pesar de sentir que fueron dejados de lado, Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) es optimista frente a los resultados del paquete y pide que, más allá de ver qué normas se corrigen para recuperar la confianza, se adopten medidas para que su sector vuelva a invertir.
“Entiendo que no es un paquete cerrado y por eso pedimos que se incluya al sector pesquero, porque así como están revisando las normas que dictaron hace dos años [de los paquetes anteriores] porque los efectos no fueron los esperados, también deberían revisar la que restringió la pesca industrial”, dijo.
Si para la SNP eso es lo que falta, el abogado Miguel Mur indicó queen materia tributaria las propuestas son “insuficientes”. Además de criticar la sobrestimación del efecto de la medida que atañe a las deudas tributarias, también advirtió que dentro del paquete “no existe conciencia clara de la necesidad de reactivar y dinamizar la economía haciendo uso del frente tributario”.
Opinión que es compartida por el tributarista Jorge Otoya, para quien“las medidas no plantean un impulso a la inversión como se había indicado inicialmente”.
Similar es la situación en el ámbito laboral, en donde Germán Lora llama la atención sobre el rumbo equivocado de las medidas, pues se ha atacado dos temas relativamente nuevos para las empresas: la LSST y las multas de la Sunafil. “Lo correcto hubiera sido incentivar la contratación de trabajadores flexibilizando el sistema y revisar lo relacionado con la estabilidad laboral incorporando una figura como el cese colectivo individual”, añadió.
Medidas más, medidas menos, lo cierto es que la suerte del 2014 parece estar echada y –como coincide la mayoría– solo queda allanar el camino para mirar con optimismo desde el 2015 hacia adelante. Que así sea.
El Comercio