José Nicolás de Piérola, presidente del Water Week 2024

Por: José N. De Piérola C.

La presencia de eventos extremos en el país es un tema que merece un tratamiento con más detalle y planificación. Esta idea la expuse hace varias semanas conferencias, pero quería precisar algunos puntos –a propósito de la conmemoración del día del estrés hídrico y las sequías ocurridas 18 de junio y que considero importante.

Lluvias en el norte Región Piura al 20.feb 2024

Los eventos registrados en el norte del país como consecuencia de la presencia del ENSO (El Niño) son procesos que ocurren desde hace cientos sino millones de años, con registros más o menos sistemáticos recién desde el año 1925. 

La cultura Moche ubicada en la costa norte entre los 600 y 900 DC debió afrontar estos eventos críticos en los años 600 DC, pero no destruyeron la civilización, sino que la afectaron y motivaron a efectuar obras de protección para control de los mismos, probablemente la debilitaron sí de forma tal que hacia el 900 DC se transforman en otras como la Mochica Ref. A.C.Mauricio (2023). Se menciona en la literatura que los eventos de 1891 y 1925 fueron similares en intensidad a los registrados en 1982-83 y 1997-998, por lo demás sabemos que el evento de 1750 destruyó el pueblo de Zaña. Según Caviedes-Waylen (1987), los eventos Niño desde 1800 se darían con un promedio de cada 3.8 años y los eventos extremos con 38 años hasta esa época.

En la época actual tenemos los casos del año 1983, 1997, 2017, etc. luego estos procesos se dieron y se darán en el futuro cada año o cada 2 ó 3 años con una componente importante adicional: El cambio climático incorporará un componente mayor de incertidumbre no solo en la magnitud de los eventos ,sino también en lo que es su frecuencia y duración.

Hemos mencionado ya anteriormente la correlación detectada en el país entre la ocurrencia del ENSO y la presencia de sequías en el sur del país, por supuesto acompañadas de otros componentes como la debilidad de la corriente denominada Alta boliviana y las masas de aire aportadas desde el sector oriental

con menor contenido de humedad. Esta sequías – meteorológicas e hidrológicas- comprometen las regiones de Puno, Arequipa, Cuzco, Moquegua y Tacna generando un impacto económico-social importante porque agudizan el ciclo de la pobreza en la zona altoandina -mayores por supuesto a la media nacional de 29%- pues en especial afecta los cultivos y pastos que son el soporte de alimentación de comunidades y del ganado. Asociados a estos estados de sequía se dan escenario de enfrentamiento entre los usuarios por la disponibilidad del agua para sus usos múltiples.

 

Tomado de: Caracterizacion espacio temporal de las sequias en los departamentos altoandinos del Peru (1981/2018) . Senamhi Junio 2019.

 

Lo últimos años digamos desde el 2010 en adelante hemos incrementado nuestra capacidad –a través de agencias estatales y privadas- de captar información hidrometereológica y procesarla esto es datos de lluvias total (mm), intensidad de lluvias(mm/h), descargas en cauces (m3/s) y volúmenes de reservorios, lagunas (m3), temperaturas (C) y velocidad de vientos (nudos), radiación(J/m2), humedad relativa (%), etc. y también de identificar trayectoria de masas precipitables o dirección de viento. Mucha información se colecta vía satelital y también en el territorio o terreno donde no necesariamente se colectan adecuadamente, en especial en época de eventos extremos, pero son una buena referencia que se puede acopiar, revisar, analizar y luego de verificada su calidad como data, utilizarla en el desarrollo de estudios.

También tenemos información de áreas habitadas, cultivos y ganado afectado, ciudades inundadas, carreteras cortadas, tramos de cauces desbordados, puentes afectados o destruidos, sistemas de captación de agua afectados o destruidos, etc. Esta información aunque no tiene la calidad o detalle de la hidrometereológica, puede ser procesada parametrizada y servir de referencia al estudio del impacto de eventos extremos; últimamente con el apoyo de registros satelitales y utilizando GIS es posible obtener información espacial y contrastarla con la recogida en campo. Esto nos muestra que tenemos una 

enorme tarea en el análisis de la información y la homologación de valores y parámetros. La información de valoración del impacto económico también debe ser revisado y analizado en detalle, porque en algunos casos se dan cifras estimadas que requieren de una verificación y por supuesto el análisis de correlación con la data hidrometereológica y de daño de infraestructura. Ejemplo: En el caso de un puente afectado no solo es el costo de la obra (Millones de soles) sino también el efecto al transporte de personas y mercancías (Millones/día). Un elemento a considerar es que desde 1993 al 2019 a raíz del crecimiento económico nacional experimentado 4.8 % (Fuente INEI) ha incrementado la inversión en infraestructura -no al ritmo que desearíamos- pero este proceso seguirá y el control de los eventos extremos tendrá un impacto mayor al actual en el futuro.

 

Ante esta presencia del ENSO y sus consecuencias en el país consideramos importante implementar un Sistema de gestión de estados de emergencia: máximos y mínimos que incluya tanto el caso de lluvias extremas como de sequías ambos con sus propias perspectivas. No podemos seguir enfrentando con declaratorias de emergencia estos estados críticos cada vez que se presentan y que resultan en medidas efectivistas, pero no efectivas.

Existen acciones a implementar de mediano-largo plazo (control) y otras de corto plazo (mitigación); entre las medidas de mediano plazo están las obras de regulación anual e interanual y control de avenidas, encauzamiento de cauces, redimensionamiento de puentes y obras de captación, sistemas de drenaje pluvial en zonas urbanas y agrícolas, obras de control de flujos de escombros, implementación de las áreas intangibles en cauces y quebradas y otras acciones

que requieren tiempo en su planeamiento y ejecución. Parte de estas obras se viene realizando en los valles del norte y en la costa con un avance muy limitado,

-la Controlaría General de la República informó en setiembre 2023 que a julio 2023 solo se habría ejecutado el 5.4% de un presupuesto estimado en 3,363 millones de soles para atender el impacto del Niño costero y global- pero la idea es implementarlas dentro de un concepto unificado de gestión con zonificación hidrológica-hidráulica. 

 

Por ejemplo, no soy de la idea de limpiar cauces y levantar diques de control de riveras como solución “para aumentar la capacidad de descarga de los cauces”, estos trabajos deben considerar la dinámica del lecho del cauce y del flujo así como el transporte de sedimentos para lograr un sistema duradero y de control efectivo a los desbordes en los ríos costeros que presentan comportamiento trenzado (braider canals) en la zona media y baja del valle con el adicional de flujos altos intermitentes solo en época de lluvias. Este es un tema de investigación práctica que merece análisis y propuestas de parte de la academia. Tenemos otros temas que también merecen análisis como el control de erosión en la cuenca sin cobertura vegetal, viabilidad del uso de reservorios en cauce y fuera de este para control de ondas de avenidas, sistemas de drenaje pluvial con reservorios temporales y drenes principales-secundarios, etc.

En el caso de sequías, es importante mencionar que hoy es posible lograr pronóstico de lluvias mensuales con un cierto nivel de error y con semanas de anticipación. Luego es posible implementar fases en la gestión de las sequías: Pre- alerta, alerta, emergencia y recuperación, considerando en detalle los sistemas de distribución de agua en la cuenca y sus fuentes, además de la lluvia misma. Se dispone en el país de un observatorio Nacional de sequías (ANA) el que permite el seguimiento histórico de las mismas a efecto de conocer las zonas y niveles que se han observado y son una excelente referencia para efectos de zonificación.

 

En la región Tacna se ha implementado un Plan de gestión de sequías con apoyo de SCIRO, Australia (2018, 2024), entidad con experiencia en el tema pues en ese país se presentó la más intensa y larga sequía registrada en el último siglo. La idea es tener herramientas de predicción y de gestión que permitan poner en acción un conjunto de planes en los cuales participen directamente los usuarios, autoridades locales, regionales y nacionales. La gran dificultad radica en el proceso de asunción de responsabilidades y la disponibilidad de recursos (financieros y de logística) para implementar las medidas

necesarias que un comité de gestión deberá elaborar y proponer según el umbral o nivel de riesgo asociado a la sequía: extremo, alto, medio y moderado.

 

Este Plan desarrollado puede servir de guía para elaborar Planes de gestión de sequías por regiones las cuales deben ser definidas a partir de su comportamiento hidrometereológico y con el criterio de cuencas hidrográficas no de delimitación política.

Un caso especial en el país sería el manejo de sequías en las cuencas relacionadas al suministro de agua para Lima metropolitana -Rímac, Chillón, Lurín y sistema Marcapomacocha- puesto que la demanda actual llega a 750 MM3/año y las reservas de agua de regulación incluido Marcapomacocha llegan solo a 330 MM3/año, que según “Aquafondo” equivale “aproximadamente a sólo seis meses de la demanda de agua potable para Lima Metropolitana”. Además, debemos anotar que los volúmenes de Marcapomacocha solo disponen de un túnel para su trasvase. Tomando en cuenta que el crecimiento de Lima pasaría la demanda de

26.8 m3 /s (844 MMC/a) en 2015 a 31.7 m3 /s (999 MMC/a) en 2030 y el año

2045, el incremento sería del 42% alcanzando 38.3 m3 /s (1,206 MMC/a) ante esto, la posible presencia de 02 años secos juntos –probabilidad viable- la situación sería muy crítica en los próximos años por lo que estos escenarios deberán abordarse incluyendo desalinización, nuevas obras de regulación y trasvase en un Plan de gestión de sequías con prognosis de escenarios para la Región Lima.

LA PROPUESTA DE GESTIÓN

La idea central de esto es disponer de un sistema de acción pre-establecido para abordar los eventos de máximas o de sequías y activar planes de acción ya elaborados previamente de acuerdo con la intensidad y magnitud del evento (extensión de área, duración).

De la experiencia obtenida se observa que existen varios organismos dedicados a la observación, diagnóstico y medición de las variables asociadas a estos eventos, algunos con responsabilidades establecidas y otras sin detalle solo de coordinación. Es necesario ordenar y estructurar esto para tener una línea de acción efectiva y de rápida respuesta ante la presencia de los eventos identificados en base a un sistema de prognósis.

El sistema se activaría de forma periódica ante la detección anticipada de la presencia de los eventos considerando su aplicación por región hidrometereológica y evaluando el nivel de severidad esperado: Intensidad y magnitud. Deberán considerase regularmente recursos financieros o sea en el presupuesto nacional, montos que puedan o no utilizarse, pero con mecanismos de ejecución efectivos y rápidos sobre todo para abordar las medidas inmediatas o de corto plazo a implementar.

No es necesario crear más organismos de gestión sino estructurar un sistema en base a las instituciones existentes y el sector privado -en especial el sector minero- que tenga una intervención territorial efectiva y sobre todo oportuna. El Ministerio de la presidencia podría ser el eje de todo esto considerando que hay acciones intersectoriales y de mediano y largo plazo que deben ejecutarse a la luz de los detalles que establezcan los planes de acción por región hidrometereológica y por nivel o umbral identificado.

Este sistema se deberá retroalimentar regularmente y “mejorarse” en el proceso teniendo presente que las obras de mediano plazo irán configurando un escenario distinto de respuesta a medida que estas se implementen.

Referencias

Van Buren Mary (2001) The Archaeology of El Niño Events and Other “Natural” Disasters. Journal of Archaeological Method and Theory, Vol. 8, No. 2.

Mauricio, A. C. (2014). Ecodinámicas humanas en Huaca 20: reevaluando el impacto de El Niño a finales del Periodo Intermedio Temprano. Boletín De Arqueología PUCP, (18), 159-190.

Stephen Vavrus Rob Montgomery Eric Mortensen (2018) Predicting JFM Seasonal Precipitation in Southern Peru. Wisconsin University presentation.

Aquafondo,(2016) Estudio de Riesgos Hídricos y Vulnerabilidad del Sector Privado en Lima Metropolitana y Callao en un Contexto de Cambio Climático . Editado y reproducido por: AQUAFONDO Av. Primavera 1053. San Borja