La compañía Repsol Perú reconoció este domingo que no fue “consciente” de la magnitud del derrame de petróleo generado en la Refinería La Pampilla, en Ventanilla, hasta que el crudo llegó a las playas.
“No fuimos conscientes de la magnitud de este evento hasta que llegó hidrocarburos a las playas”, dijo Jaime Fernández-Cuesta, presidente de la firma, en diálogo con Latina.
“Hasta el día siguiente, las 2 de la tarde, quizás no fuimos conscientes de la magnitud de este evento, como no lo era nadie porque no habíamos detectado hidrocarburos en el mar”, añadió.
Fernández-Cuesta se reafirmó en la postura que sostuvo la empresa en un inicio de que el desastre se produjo por “oleajes anómalos” producidos por la erupción de un volcán submarino en Tonga.
“Ratifico que en aquel momento de acuerdo a organismos científicos internacionales había oleajes anómalos en la zona donde se producía el derrame. Se produjeron oleajes y corrientes anómalos no porque lo diga yo sino porque todos los informes científicos lo avalan”, aseveró el ejecutivo tras presentar un informe de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de Naciones Unidas.
El presidente de Repsol Perú aseguró también que la empresa ha asumido las consecuencias del derrame desde el primer día y “sin escatimar ni un dólar”, por lo que los avances son significativos e “ilusionantes”. Se tiene previsto tener limpias las playas para fines de febrero.
“Seguro que hemos cometido errores. El tema de la cantidad reportada en un informe preliminar el mismo día, no haber sido capaces de detectar manchas de petróleo hasta el día siguiente a pesar de que salimos con las barcas a buscar. [Sin embargo] se reaccionó inmediatamente para lo que estaba pasando en ese momento y desplegando el plan de contingencia”, puntualizó.