Foto: BVL

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La reciente fusión de Rio Alto con Tahoe Resources consolida uno de las mayores historias de éxito de la minería en la Bolsa de Valores de Lima. Una combinación de gerencia eficaz y suerte convirtieron a esta empresa en una reconocida productora de oro.

En la actual coyuntura minera, son pocas las noticias que alegran al mercado. La reciente fusión de las empresas Rio Alto Mining y la productora norteamericana Tahoe Resources es una de estas noticias. “Este acuerdo trata de una construcción de oportunidad, busca crear valor mediante una compañía más fuerte”, sostiene Héctor Collantes, head of equity research de Credicorp Capital, “Este tipo de acuerdos no ha sido muy común en esta difícil coyuntura”.

De hecho, son pocas las mineras peruanas en capacidad de concretar un acuerdo de ese tipo. La transacción consolida la trayectoria de Rio Alto, una empresa que logró evolucionar de una pequeña compañía de exploración (junior) a una productora de más de 200,000 onzas de oro.

La capitalización bursátil, mostrada en el gráfico abajo, revela el enorme crecimiento de la empresa. En el 2006, esta era de apenas medio millón de dólares; a finales del 2009, tras listar en la Bolsa de Valores de Lima, la capitalización era de US$7.4 millones; hoy en día, la cifra está muy próxima de los US$1,000 millones. Hoy en día la acción de Rio Alto es recomendada por diversos bancos de inversión y su capitalización se ha recuperado pese a que el precio del oro aún no se recupera de su caída en el 2013.

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Rio Alto

LA RECETA

Tres factores llevaron a Rio Alto al lugar que hoy ostenta. Primero, la eficacia de la gerencia. “Es una compañía que siempre hace eldelivery: promete algo y lo cumple”, Alberto Arispe, gerente general de Kallpa SAB. Esta casa de bolsa lideró los levantamientos de capital (emisión de acciones) de Rio Alto en la Bolsa de Valores de Lima y en Chile, con el objetivo de financiar el desarrollo de su mina La Arena.

Arispe recuerda las diversas promesas que realizaba Alex Black, CEO de Rio Alto, a sus inversionistas respecto al desarrollo de su proyecto La Arena: la aprobación de su estudio de impacto ambiental (EIA), la fecha de inicio de producción la mina, el presupuesto de construcción, etc. “No hubo retrasos ni aumentos de costos [en la construcción de La Arena]”, agrega el ejecutivo. El banco de inversión Raymond James recientemente destacó cómo la gerencia ha cumplido con sus pronósticos de producción y costos operativos para La Arena, fijados cada inicio de año.

Ese delivery permitió a la empresa ganarse la confianza del mercado y conseguir futuros financiamientos a un menor costo.  Además, fue un factor clave detrás de la decisión de Tahoe Resources de absorber a Rio Alto. Al punto que Tahoe ha designado al mismo Alex Black como CEO de la empresa fusionada, pese a que pudo colocar a un miembro de su equipo pues poseerá la mayoría (65%) de la nueva empresa.

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Rio Alto se caracterizó por su estrategia de crecimiento modular:desde etapa de minado hasta el procesamiento del mineral fueron implementados por etapas, lo que permitió crecer a un menor capital inicial. Ello permitió que el financiamiento requerido fuera menor y no se diluyera tanto a los accionistas, además de que redujo el riesgo inicial del capital.

Tras su puesta en marcha inicial en el 2011, la mina La Arena ha crecido de manera progresiva: la gerencia amplió la capacidad de procesamiento de 10,000 en el 2011 a 24,000 en el 2012 y a 36,000 toneladas por día (tpd) en el 2013. La mina produjo 222,000 onzas en el 2014, superando el plan inicial de 200,000 onzas.

Con el dinero generado tras la puesta en marcha, Rio Alto pudo adquirir en mayo del 2014 a Sulliden, una minera junior que no conseguía completar el financiamiento para su siguiente proyecto,Shahuindo. La minera planea un método similar para Shahuindo: iniciar con 10,000 tpd y expandir la producción progresivamente.

El segundo factor detrás del éxito de esta minera es la suerte: la minera comenzó a desarrollar su proyecto durante los años en que el precio del oro alcanzó sus máximos históricos. Inició su primera colocación de acciones en el Perú en noviembre del 2009, cuando los mercados comenzaban a recuperarse de la abrupta caída por la crisis financiera de Estados Unidos (ver gráfico). En cada colocación siguiente, el precio del oro continuó subiendo. “Para el primer levantamiento [por US$6 millones] en noviembre del 2009, la demanda fue de casi 1 a 1; para noviembre del 2010 levantamos U$19 millones y hubo demanda por US$28 millones”, recuerda Arispe. La empresa cerró su último financiamiento en abril del 2011, poco antes de que el precio del oro alcanzara su máximo histórico.

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Un tercer factor es la apertura de la empresa, destaca Héctor Collantes. “Eso ayuda a que los inversionistas tengan más confianza en los planes de la compañía. Cuando mejoren las condiciones globales, será la primera acción que tendrán en mente”, agrega.

Las perspectivas de la nueva empresa son prometedoras: Tahoe posee una de las minas de plata más grandes del mundo, y su gerencia ha logrado un retorno a su acción de 200% desde su oferta pública primaria en el 2010. Tras la fusión, surgirá una productora mediana de oro y plata, con activos importantes en el Perú y México, que seguramente dará qué hablar en los próximos años.

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