SAN GABÁN – PUNO.Uno de los distritos más afectados por el problema de la minería ilegal y los cultivos de coca para el narcotráfico es San Gabán (provincia de Carabaya, Puno). Si bien la minería ilegal ha sufrido un retraimiento en los últimos años, sigue siendo un problema grave no solo por los altos niveles de contaminación que genera, sino por la inseguridad.
Después de las interdicciones realizadas por las autoridades, la actividad ilícita se da principalmente a nivel del “chichiquero”, que es aquel productor individual que utiliza equipos rudimentarios y casi ninguna maquinaria, y que opera en el río Inambari, en puerto Manoa y en las quebradas Oroya y Esquilaya, además de Cuesta Blanco.
Algunos están metidos en zonas protegidas y otros en concesiones mineras de terceros. Al igual que en Sandia, esta actividad responde a mafias que se encargan del acopio del mineral –pagando precios ridículos a los extractores-, para luego comercializarlo a precio mayor en los mercados bolivianos.
BAHUAJA SONENE
Los daños ambientales y amenazas a la zona de amortiguamiento de la Reserva Natural de Bahuaja-Sonene, resultan principalmente por esta actividad de la minería ilegal. Y también por la multiplicación de los cultivos de coca.
Entre tanto, la ansiada puesta en marcha de las obras del proyecto de San Gabán III, tiene sus luces y sombras: para algunos podría convertirse en el ente generador de empleo local, pero para otros, afectar el medio ambiente.
Sin apoyo del Estado en cuanto a vías de comunicación y programas sociales, las posibilidades de desarrollo en la zona son modestas. También figura el poco interés puesto en impulsar iniciativas de reconversión productiva y cultivos alternativos.
Horacio Carpio Andrade, presidente del Frente de Defensa de los Intereses de San Gabán, recuerda que cuando hubo la erradicación forzosa del 2004, el Estado prometió mucho, pero al final no cumplió y hubo hambre entre la gente.
Estos factores han sido aprovechados por el narcotráfico, que ha sentado sus reales convirtiéndose en el principal cliente de los miles de campesinos cocaleros que, en muchos casos contra su voluntad, vienen sembrando la hoja de coca para incrementar sus ingresos.
DATO
Los habitantes coinciden en que el principal problema de San Gabán es la falta de empleo. Sin embargo, la presencia de la carretera interoceánica que une el Atlántico con el Pacífico podría ser una oportunidad para llevar desarrollo a la zona.
Para ello, hacen falta proyectos impulsados por el Estado, así como tecnología, asesoría especializada y mecanismos de financiamiento sostenibles, que permitan que la producción de café y piña, que por el momento es de pequeña escala, puedan tener la oportunidad de alcanzar nuevos mercados, primero a nivel regional, luego nacional y acaso con el tiempo puedan llegar al mundo, como ha ocurrido con otras zonas, como San Martín.
Inforegión