La ola de violencia vivida en distintas regiones, sobre todo en el sur, está complicando las perspectivas para la producción e inversión minera comenzando el 2023.
De acuerdo al Reporte Semanal de Scotiabank, el lento avance en muchos de los proyectos mineros en cartera, que se encuentran en la etapa de factibilidad e ingeniería del detalle, mantendrían la inversión minera en negativo.
“En nuestros estimados esperábamos que la inversión cayera 4.2% en el 2022, y para el 2023 esperamos que la inversión minera retroceda un mínimo de 11%, con un máximo de caída de 20% si ningún proyecto inicia su construcción”, advierte.
Cabe mencionar que, según el Minem, de los siete proyectos que estaban en cartera solo uno, San Gabriel de Buenaventura, empezó su construcción en el 2022; mientras que para este año se esperaba que uno, Zafranal de minera Zafranal, empezara su construcción.
Producción de cobre y oro en riesgo
Scotibank también prevé que alrededor de 1% de la producción nacional de cobre se ha visto comprometida y que la inversión minera tiene riesgos de desacelerarse aún más a raíz de las protestas.
“Esto está ocurriendo en un momento en el cual los altos precios de los metales auguraban bien para el sector, y se empezaba a sentir el impacto del inicio de operaciones de Quellaveco de Anglo American desde setiembre del año pasado a razón de alrededor de 22,000 TMF mensuales”, indicó la entidad financiera.
Además, el informe advierte que para enero del 2023 el impacto de las protestas en la producción de cobre será más profundo, ya que alrededor de cuatro minas cupríferas están operando de manera restringida con riesgos en otras de paralizar su producción.
De otro lado, la producción de oro ya venía pasando por un agotamiento de minas aproximadamente desde el 2017, y con una caída más fuerte en el periodo de pandemia. Desde entonces la producción aurífera se ha recuperado, pero sin superar niveles previos al 2019.
“Así que, si bien esperábamos aún una producción relativamente débil este año, la caída sería aún mayor con la menor producción de enero”, señala Scotiabank.
Mineras afectadas por protestas
El banco recuerda que la Minera Las Bambas estuvo paralizada el año pasado por más de 50 días y el riesgo es que en el 2023 el nivel de conflictividad podría ser mayor, ya que van 15 días que la vía por donde transportaban los insumos hacia la mina está bloqueada, por lo que se corre el riesgo de que paralicen actividades completamente.
“La mina tampoco ha podido sacar su producción hacia los puertos, ya que la vía por donde transportan el mineral también está interrumpida, por lo que las exportaciones se verán afectadas de forma importante. Según fuentes de la empresa, las operaciones de minado están funcionando de manera muy reducida”, señala el reporte.
Por otro lado, Minera Antapaccay comunicó este sábado que decidió suspender todas sus operaciones de forma temporal luego de que manifestantes de la localidad de Espinar ingresaran a las instalaciones. Cabe mencionar, que Antapaccay representó el 6.2% de la producción nacional cuprífera entre enero y noviembre del 2022.
Adicional a ello, Scotiabank informa que fuentes de la mina Constancia informaron que el día 19 de enero sus las instalaciones fueron atacadas por un grupo de manifestantes, incendiando equipos y dañando instalaciones. Estos daños afectaron maquinaria importante para la relavera y camiones de transporte que podrían terminar incidiendo en la producción de la mina.
“La minera no ha anunciado alguna pérdida de producción y continúan operando, pero tampoco pueden transportar el mineral hacia los puertos. Constancia representa alrededor de 1.7% de la producción nacional aurífera”.
En cuanto a la mina San Rafael (Puno), productora de estaño, ha ido reduciendo sus operaciones hasta suspenderlas temporalmente desde el 12 de enero; por lo tanto, sus exportaciones también se verían afectadas.
“Por cada día la minera deja de producir 77 toneladas de estaño lo cual representaría el 0.3% de la producción anual de estaño”, detalla el informe.
Finalmente, se registraron ataques a las instalaciones de las unidades Huisamarca (Cusco) y Utunsa (Apurímac), propiedades de la minera Anabi. La minera anunció en un comunicado que personas ajenas ingresaron al lugar con el objetivo de incendiar las instalaciones y causar destrozos a las unidades mineras. No obstante, no ha anunciado paralización de sus operaciones.
En ese marco, Scotiabank prevé que alrededor de 1% de la producción nacional de cobre se ha visto comprometida como resultado de estas protestas.
“Esto último haría reducir nuestro estimado del crecimiento de la producción cuprífera desde 12% a 11%; sin embargo, podríamos ver escenarios parecidos para lo que queda del año, por lo que no descartamos volver a reducir nuestras proyecciones si se mantiene este clima de conflictividad. Adicionalmente, la inversión minera, que ha venido desacelerándose en los últimos meses por la falta de nuevos proyectos podría caer aún más”, destaca.
Fuente: Gestión