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La OCDE ayudará a los gobiernos a abordar mejor las consecuencias negativas de la globalización, preservando los beneficios de las economías y sociedades abiertas en todo el mundo, afirmó  su secretario general, Ángel Gurría.

“La globalización es un medio para un fin, no un fin en sí mismo. … Vale la pena defenderla, pero sólo podemos lograrlo si nos aseguramos que sus beneficios sean más ampliamente compartidos, inclusivos”, remarcó en  Copenhague donde prepara la próxima Reunión Ministerial de la OCDE (7-8 de junio) que se realizará en París, paralelamente al Foro Anual de este organismo.

“Esta cita  es una oportunidad para que los países de la OCDE se pongan de acuerdo sobre las opciones políticas que les permitan aprovechar al máximo el potencial de la integración económica y el progreso tecnológico para lograr un mejor resultado para todo el mundo”, acotó.

Subrayó que “a pesar de los netos beneficios netos de la globalización, hay una sensación generalizada en algunas economías de la OCDE de que estos se han concentrado en unas cuantas manos … Y los ciudadanos han expresado su descontento en las urnas”.

“Una mayor voz de los ciudadanos en la configuración de las políticas globales que les afectan,  será fundamental para reconectar a las personas con las instituciones”, aseguró.

“Debe funcionar para todos”

En  la Bolsa de Valores de Dinamarca, Gurria presentó el  folleto de política de la OCDE titulado “La fijación de la globalización: el tiempo para hacer que funcione para todos”.

Este documento subraya la necesidad de respuestas políticas urgentes para apoyar un crecimiento inclusivo ante las crecientes desigualdades, la concentración de la riqueza y la falta de oportunidades para muchos.

Destaca la necesidad de adoptar políticas d crecimiento de la productividad con inclusión. Este “nexo” de productividad / desigualdad es clave para permitir que las personas, en particular al final de la distribución de ingresos, alcancen todo su potencial.