El presidente del directorio de Sedapal, Rudecindo Vega, estimó que las intensas lluvias que empezaron a caer en la cuenca alta del río Rímac permitirán el normal suministro de agua potable el resto del año en la capital.
Refirió que en los cuatro meses de lluvia que se presentan en la sierra del país se tiene que acumular agua, en las lagunas de donde se abastece Sedapal, para los ocho meses que no llueve.
“Nosotros esperamos que en las semanas que vienen el ritmo de las lluvias permitirá acumular el agua para atender los ocho meses que no llueve”, dijo.
Indicó que las intensas lluvias que se presentaron con el El Niño Costero cayeron en la parte baja de la cuenca del río Rímac y no benefició mucho al acumulamiento de agua en las lagunas, pero ahora ya comenzó a llover en la parte alta.
CAPTACIÓN DE AGUAS
De otro lado, refirió que la planta de tratamiento de La Atarjea ha venido trabajando al máximo para captar el agua turbia que viene con los huaicos por encima de los límites normales, a fin de proveer de agua potable a la ciudad de Lima.
“Nosotros tratamos aguas con hasta 10,000 NTU (unidades de nivel de turbidez) para convertir el agua turbia en agua potable. Nos hemos exigido hasta 18,000 NTU y en momentos de crisis hemos captado hasta con 25,000 NTU, con 150% más del nivel de turbiedad” explicó.
Señaló que es imposible para Sedapal convertir en agua potable el agua que traen los huaicos, porque arrastran lodo, arena, palos, raíces y basura.
“Con esas características que trae el agua de los huaicos, si las captamos, destruimos la atarjea y la crisis sería duradera, permanente, y por eso cuando viene el huaico no captamos el agua y dejamos que se vaya por el río”, dijo.
Precisó que el cierre de compuertas para captar el agua del río Rímac puede tomar desde minutos hasta tres y cuatro horas, sin embargo, en esta situación de emergencia actual, se han producido huaicos seguidos.
AUTOMATIZACIÓN DE LA ATARJEA
Por otra parte, refirió que la infraestructura de Sedapal y la planta de La Atarjea en un futuro requerirán algunas mejoras, como la construcción de una nueva planta de tratamiento y dos reservorios de agua potable más.
“Requerirá en algún momento automatizarla mejor, pero hoy la planta de La Atarjea nos ha permitido un soporte y por su diseño de ingeniería hidráulica va a tener muchos años más de utilidad”, puntualizó.
Fuente: Andina