Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami)

Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) (Foto: Reuters)

Las inversiones en la vital industria minera en Chile se retrasarán en los próximos dos años mientras el mayor productor mundial de cobre avanza en la discusión de una nueva Constitución, dijo a Reuters un alto ejecutivo del sector.

Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) -que agrupa al sector-, estima que en la medida que se avance en la discusión de temas se van a entender mejor los límites que tendrán los cambios a la carta magna.

El ejecutivo consideró que dado el impacto de la pandemia en el mercado del cobre, no se requerirán iniciativas adicionales a las que se construyen en un plazo de 2-3 años, lo que coincide en los tiempos y da un alivio a los inversionistas para esperar la evolución de la situación en el país.

“Difícilmente un proyecto de una magnitud muy grande se va a empezar a ejecutar en estos próximos dos años hasta que no haya claridad en la nueva Constitución”, comentó.

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El “Apruebo” a avanzar en la redacción de una nueva carta fundamental obtuvo cerca del 80% de los votos en un referendo a finales de octubre, con lo que se abre un proceso de más de un año para elegir constituyentes y elaborar el nuevo texto.

Durante ese lapso, las empresas aprovecharán de continuar con estudios y tramitar los eventuales permisos que requerirán sus proyectos, agregó Hernández.

Sin embargo, el veterano ejecutivo -que desempeñó altos cargos en empresas como Collahuasi, BHP, Codelco y Antofagasta Minerals-, consideró que buena parte de los ajustes de una nueva carta magna están limitados por tratados internacionales firmados por el país.

“No hay un campo abierto 100% para hacer cualquier cosa. Hay limitaciones que ya están establecidas y cualquier decisión arbitraria que tome Chile contra la inversión extranjera, contra cualquier compromiso son decisiones muy caras”, señaló.

Además cree que el quórum necesario para aprobar el marco legal garantizará que no avancen las ideas más polarizadas de cualquier espectro político.

“Si dos tercios quisieran un cambio radical habría que respetarlo, pero no creo que sea el caso. Chile se ha polarizado en estos últimos años y hay que volver a juntarse en el centro, si no, vamos a tener dos países”, afirmó.

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El sector minero considera clave que se mantengan en la nueva Constitución puntos referentes a garantizar la propiedad minera y sus derechos, que fue la clave para el desarrollo de una exitosa industria en el país.

Y aunque reconoce que hay modificaciones por demandas justificadas que pueden recogerse en el nuevo marco, subraya que la industria minera ha mostrado ser resiliente y necesaria para generar ingresos para la nación.

“Chile no se puede permitir el lujo de prescindir de la minería y se puede hacer minería respetando el medio ambiente y todas esas exigencias”, comentó sobre eventuales mayores requerimientos para desarrollar la actividad.

En temas como la propiedad del agua, el ejecutivo recordó que la industria solo mantiene un 4% de los derechos y que la mayor parte de los nuevos proyectos incluye el uso de agua desalada.

EFECTO PANDEMIA

En cuanto a la pandemia de coronavirus, Hernández dijo que la empresas se concentran en viabilizar las operaciones en las condiciones actuales durante el próximo año y no trabajan con el escenario de la pronta disponibilidad de una vacuna.

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La industria minera no solamente logró mantener la continuidad operacional pese a las restricciones de personal en faenas para evitar los contagios, sino que algunas han mostrado incluso mejoras en su desempeño.

Hernández consideró que la pandemia sirvió a la industria cuprífera local para evolucionar luego de años mostrando una pérdida de competitividad frente a otros países.

“El COVID-19 nos empujó a la piscina. Todos teníamos los cursos de nadar, teníamos salvavidas pero nadie se tiraba al agua y ahora hemos estado obligados a hacerlo”, comentó.

Pronosticó que la crisis llevará a una transición de puestos de trabajo en el sector mientras las empresas adaptan tecnologías como equipos autónomos e internet de las cosas, lo que resultará en la creación de nuevos empleos, además de la reactivación de proyectos pendientes.

“Parte de los puestos de trabajo que se perdieron se van a recuperar pues están relacionados con proyectos y ya se están reactivando”, apuntó.

Fuente: Reuters