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Tramitología y subsidio del gas de Camisea restan competitividad a industria hidroeléctrica, dijeron en encuentro energético.

Las dos principales barreras para la inversión en proyectos hidroeléctricos son el bajo precio del gas de Camisea y las demoras en el otorgamiento de las licencias ambientales, que suelen prolongarse hasta 36 meses; es decir, el triple del plazo normado, reveló Mile Cacic, gerente general de Luz del Sur.  

“El tiempo promedio para obtener una concesión definitiva es tres años, que sumados a los tres o cinco años de la fase de construcción hacen un total de seis a ocho años. Esto es un vía crucis”, exclamó en la III Conferencia Perú Energía.

El ejecutivo aseveró que ningún plazo normado por el Estado se cumple, al extremo de que solo el traslado de documentos entre oficinas de distintas instancias públicas puede demorar de 1 a 4 semanas. “No hay proactividad por parte de los funcionarios, por el contrario, si encuentran un motivo para demorar el trámite no dudan en utilizarlo, y no hay sanción para ellos”, manifestó.

Detalló que obtener el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA), que en teoría demanda tres meses, toma en realidad 12; y la aprobación de los EIA no demora ocho sino 24 meses.

Otro factor limitante para la construcción de centrales hidroeléctricas, dijo Cacic, es el precio subsidiado del gas del lote 88 que resta competitividad al sector e impide que se traslade el verdadero costo de la energía a los usuarios.

Jesús Tamayo, presidente de Osinergmin, añadió que se debe ir buscando una transición en el precio del gas de Camisea, para que cuando el gas de ese yacimiento se agote, el alza en las tarifas eléctricas no sea muy brusca.

VERSIONES
► “El Estado no debe alentar más proyectos eléctricos de generación a gas”, dijo Cacic.

► “Hay que desarrollar todo el gas que se pueda ahora”, dijo Cesar Butrón, del COES.

El Comercio