El presidente Donald Trump moderó su tono confrontacional hacia China en un intento por asegurar una cumbre con su homólogo Xi Jinping y alcanzar un acuerdo comercial con la segunda economía más grande del mundo, según personas familiarizadas con las discusiones internas.
A seis meses de haber iniciado su segundo mandato, Trump ha relajado su dura retórica de campaña, que se enfocaba en el enorme déficit comercial de Estados Unidos con China y la pérdida de empleos asociada. Esta actitud más conciliadora contrasta con sus amenazas a otros socios comerciales, a quienes advirtió que devastaría con aranceles severos.
Ahora, el foco de Trump está en reactivar acuerdos de compra con Pekín, similares a los alcanzados durante su primer mandato, y en celebrar logros rápidos en lugar de enfrentar las causas estructurales de los desequilibrios comerciales. China registró un superávit comercial récord en el primer semestre del año, impulsado por el auge de sus exportaciones.
El martes, el presidente estadounidense afirmó que combatiría a China “de una manera muy amistosa”.
Según algunas fuentes, en reuniones con su equipo, Trump suele ser la voz menos agresiva en la sala.
Funcionarios de la Administración señalaron que Trump siempre ha tenido una buena relación personal con Xi y recordaron momentos de su primer mandato en los que, a pesar de eso, impuso amplias restricciones a Huawei Technologies Co. y aranceles a la mayoría de las exportaciones chinas.
El cambio de estrategia de Trump y su alejamiento de políticas más duras han generado preocupación entre responsables de su Administración y asesores externos, dijeron las fuentes. Esta semana ha intensificado el temor de que algunos límites previamente marcados con China ahora estén sujetas a negociación.
La posibilidad de permitir que Nvidia Corp. vuelva a vender su chip H20 —una versión menos avanzada destinada al mercado chino— contradice la postura inicial de la Administración, que buscaba mantener las tecnologías más críticas de EE.UU. fuera del alcance de Pekín.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, mencionó el mes pasado los controles al H20 como prueba del enfoque firme del gobierno frente a China, cuando fue interrogado por senadores preocupados por un posible intercambio de semiconductores por minerales raros provenientes del país asiático.
Si bien EE.UU. seguirá exigiendo la aprobación previa de dichas exportaciones —una restricción que el expresidente Joe Biden se negó a imponer—, algunos funcionarios de Trump han expresado en privado su oposición a conceder licencias que, según ellos, solo fortalecerían a los gigantes tecnológicos chinos, dijeron las fuentes.
Otros, sin embargo, han argumentado con éxito que permitir a Nvidia competir con Huawei en su propio mercado es clave para ganar la carrera de la inteligencia artificial frente a China. Esta visión, impulsada por el director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, ha ganado apoyo dentro de la Administración, según personas al tanto del tema.
Otros, sin embargo, han argumentado con éxito que permitir a Nvidia competir con Huawei en su propio mercado es clave para ganar la carrera de la inteligencia artificial frente a China. Esta visión, impulsada por el director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, ha ganado apoyo dentro de la Administración, según personas al tanto del tema.
Fuente: Bloomberg