ProActivo | Un análisis sobre cómo desarrollar una industria minera sostenible en el tiempo y equilibrada en los aspectos económico, ambiental y social, desarrolló el gerente general de Black Mountain Minerals Perú S.A.C., Valentín Choquenaira, en su intervención durante el reciente XIII Congreso Nacional de Minería – Conamin. El empresario enfocó al canon minero como una herramienta que debe ser examinada.
La minería en el Perú cobrará un mayor crecimiento y facilitará la aceptación social de sus proyectos en la medida que sus operaciones se involucren plenamente en el desarrollo sostenible de su entorno y del país, sostuvo Choquenaira.
Explicó que pese al crecimiento de producción minera y una importante participación en el PBI nacional falta completar el sentido “de que el crecimiento no es suficiente sino es con desarrollo sostenible, y hay que poner a la persona como el centro de la toma de nuestras decisiones” fundamentó.
En tal sentido, subrayó que la actividad minera tiene que pensar en cómo crear bienestar y progreso para las comunidades de alrededor de sus operaciones, y en armonía con el respeto a la naturaleza.
El punto de quiebre
Afirmó que cuando la industria minera aplique en su integridad el concepto de sostenibilidad, “iremos por la ruta de encontrar el horizonte apropiado acorde a la sostenibilidad que se requiere, y así poder hacer realidad la ejecución de proyectos de gran minería, sobre todo los que hoy están detenidos (por conflictos)”, aseguró.
Dijo que, encarrilado por ese camino, la minería podrá darle mayor desarrollo al país, del que ya está dando, para poder enfrentar la pandemia y otras que pudieran darse, en estrecha comunión con las comunidades, “ese es el punto de quiebre que tenemos que buscar todos”.
Trabajo equilibrado en lo económico, ambiental y social
Consideró que la industria minera debe orientar su trabajo buscando el equilibrio entre lo económico, ambiental y social. “Ese es el punto central que tenemos que impulsar para que se den nuestros proyectos, no hay otro camino”, consideró.
Anotó que otro factor principal para el éxito de un proyecto minero, es el respeto a la cultura local, de la gente a dónde se está llegando -sus costumbres, su idioma- y “saber tocar la puerta para ingresar porque de hecho los intrusos somos nosotros”.
La mina debe trascender más allá de su vida útil
Remarcó que la presencia de una mina debe trascender su vida útil, más allá de los beneficios brindados durante su vigencia.
“Las minas tienen un límite de vida, no son infinitas, y cuando ello se produce tenemos que ser capaces de mostrar que más allá de nuestra presencia, hemos generado obras de desarrollo vía nuestros impuestos, regalías y el canon minero”, puntualizó.
Canon es la caja chica de autoridades
Lamentó que el canon minero, creado para realizar obras de desarrollo que ayuden a resolver las necesidades básicas de la población del entorno minero, “prácticamente es la caja chica, el bolsillo de los presidentes regionales y alcaldes que lo han tomado como un botín propio”.
Detalló que la minería en regalías y canon -desde el 2004 al 2020- ha desembolsado cerca de 48 mil millones de soles, y en impuestos casi el doble, unos 90 mil millones de soles. “Pero no se ven obras de desarrollo en los alrededores de las operaciones mineras, y más bien se encuentra muchas veces que no hay agua potable, una escuela apropiada o una posta médica”, deploró.
Una adecuada auditoría para el canon minero
Apuntó que de esa situación también suele responsabilizarse a las empresas mineras, lo cual es una necedad, pues el empresario minero paga sus impuestos y regalías, y que la responsabilidad de las obras pasa por las autoridades lugareñas. “El canon minero debe ser revisado en su distribución, ejecución y en la forma de auditar, y bajo ningún concepto debe ser utilizado como caja chica o para gastos corrientes”, demandó.
Anotó que donde exista una operación minera, lo visible tiene que ser el beneficio que se está llevando la empresa y el desarrollo local que está dejando para la gente del entorno.
La desconfianza, el gran reto
Subrayó que un factor que siempre ha destruido y malogrado la relación empresa-comunidad, es la desconfianza y la falta de credibilidad, y que frecuentemente cuando las empresas quieren dialogar cuando hay un problema, “se dan cuenta que nadie les cree, que han perdido la confianza”.
“Sin embargo, hay algunas comunidades que tampoco cumplen con los compromisos asumidos, y dejan pasar un tiempo para pedir otras cosas, lo que genera igual desconfianza, por lo hay que construir una confianza con hechos”, mencionó.
Dijo que una práctica importante que hacen algunas empresas mineras para generar credibilidad y confianza, es desarrollar una gestión de quejas y reclamos y solucionarlos, “es una herramienta poderosa para mantener la credibilidad y la confianza en lo que dice la empresa”.
“Los conflictos sociales en minería deben superarse y encontrar el camino de una industria sostenible en el tiempo, donde la sociedad civil valore la inversión minera y su contribución al país por los beneficios que se entrega, lograr este propósito requiere implementar lineamientos y políticas con estándares, principios y valores aterrizados desde las mejores prácticas de la industria”, puntualizó.
Las exploraciones en crisis
Manifestó que la base primordial del desarrollo minero son las exploraciones, las que actualmente están casi paralizadas, pues no se ven que salgan nuevos proyectos. “Sin exploraciones nos terminaremos de comer nuestras reservas de minerales en las minas, y lo cual es un punto a resolver rápidamente”, demandó.
Precisó que este problema es causado por la excesiva tramitología y burocracia para obtener permisos para la actividad de exploración, “poco se hace por superar esta situación”.
Buen análisis de la realidad de lo que ocurre en las comunidades del entorno de las minas, felicitaciones.
Monica como siempre muy atento y acucioso en lo que ocurre en temas de desarrollo minero y sostenibilidad. Buena 👍👍