Julia Torreblanca, vicepresidenta de la Sociedad Minera Cerro Verde.

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La operación Cerro Verde, principal productor de cobre del país, y que ha permitido que Perú ocupe el segundo lugar de producción mundial en ese rubro, ha tenido un notable impacto económico, social y de saneamiento ambiental para beneficio de los cientos de miles de pobladores de la ciudad de Arequipa y de sus alrededores, destacó Julia Torreblanca, vicepresidenta de la Sociedad Minera Cerro Verde.

“Se trata de una experiencia exitosa  producto del diálogo y del trabajo conjunto entre el sector público y privado, autoridades, líderes sociales y la población, y en lo cual los funcionarios de Egasa y Sedapar jugaron un papel protagónico para agilizar los trabajos del proyecto”, agregó.

Dijo que el gran depósito cuprífero dejado por Minero Perú necesitaba un desarrollo oportuno para sacar provecho de los sulfuros primarios que era un activo muy grande. “Con la energía no había problemas, porque tenía costos competitivos, pero el gran y grave problema era la falta de agua”, recordó.

Inversión de 5,300 millones de dólares

La ejecutiva destacó que gracias a la última inversión realizada en el 2016 por más de 5,300 millones de dólares, se han expandido las operaciones hasta  por otros muchos años, al haberse añadido la “concentradora C2”, que incrementa 240.000 toneladas métricas por día (tpd).

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“Además, tenemos reservas lixiviables, que gracias a esta expansión puede operarse hasta el 2027”, añadió.

“En los trabajos de la expansión realizada se ha autorregulado y fortalecido la relación con autoridades  sin necesidad de seguir un libro, sino  tratando de innovar la relación con nuestros vecinos”, apuntó.

Precisó que la expansión de la mina,  concluida el año pasado, tiene un componente importante, pues la demanda de energía de Cerro Verde es de hasta 495 megas, por lo cual es el principal usuario eléctrico del país.

“Con más de 190 millones de dólares  hemos desarrollado subestaciones diferentes como la de San José de 500kW que trae la energía hasta las operaciones expandidas, y otras más pequeñas que nos permiten dar confiablidad al sistema”, detalló.

Empuje de Cerro Verde y beneficios

Torreblanca anotó que el empuje de la empresa le ha permitido desarrollar soluciones que no siempre están disponibles por parte del gobierno, “cuando debe ser tarea del Estado  darnos toda la infraestructura que hemos construido nosotros”.

“Gracias a nuestra ampliación logramos mayores ingresos para el gobierno a través de más pagos de impuestos, de regalías, 4,700 trabajos directos, además de otros 4,000 en contratistas, y mejorar la calidad de vida de los arequipeños”, remarcó.

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Pormenorizó que a raíz de la reciente expansión, se generaron 115 mil nuevos  empleos en el 2017; 8 mil directos, y la diferencia a través de los contratistas.

“Tenemos el 2% de impacto del PBI nacional y 31% en PBI de Arequipa. Hemos invertido más de 6,000 millones de dólares entre el 2005 y el 2017 de manera acumulada. Y en impuestos entre el 2005 y el 2017 hemos pagado 3,714 millones, y de los cuales 1,622 han sido para el canon y regalías”, indicó.

La empresaria acotó que han desembolsado aportes voluntarios, entre el 2006 y el 2011, por más de 193 millones de dólares.

Exitosa gestión del agua y saneamiento

La ejecutiva manifestó que la ciudad de Arequipa está en una zona desértica, por lo que el abastecimiento del agua para sus operaciones siempre fue un reto permanente.

“La cuenca del río Chili había sido declarada agotada, no podíamos hacer llover para que haya más agua en el río, pero sí regular la que se iba al océano perdiéndose, sin que nadie lo pueda usar y perjudicando a los agricultores”, trajo a colación.

Acotó que entonces se construyeron  represas con Egasa, como Pillones, que añade al sistema regulado del río Chili 80 millones de m3, y  Bamputañe,  con  40 millones de m3.

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“Luego vino la planta de tratamiento de agua potable La Tomilla II, con una inversión de 120 millones de dólares, que dota de agua a 350 mil personas y que puede llegar hasta los 750 mil usuarios”, aseguró.

Anotó que este círculo virtuoso del agua se completó con las tuberías que faltaban para llevar el recurso a la planta, para luego asumir la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales La Enlozada, con una inversión de 500 millones de dólares para tratar el agua del desagüe de Arequipa, y usar solo  1 m3 por segundo en promedio anual, y devolver la diferencia al río Chili.

“Y cumpliendo con todos los estándares de calidad ambiental, límites máximos permisibles y otros para que SEDAPAR pueda asignarla a quien los necesite,  pero ya agua limpia y no la contaminada de antes, que contenía el río Chili”, afirmó.

Resaltó que tratan el 95.5% del total del desagüe domestico de la ciudad de Arequipa, que es la segunda más importante del país.

“Eso ha reducido las enfermedades gastrointestinales y diarreicas agudas. Y los agricultores también ya pueden usar las aguas del Chili y exportar sus cultivos. Además hay  beneficio para el turismo, medio ambiente. Los patos y truchas han regresado a la zona del río”, subrayó.