En el marco de la inauguración de la primera planta fotovoltaica de autoconsumo de la industria cementera en el país, Juan Carlos Burga, gerente general de Cemento Yura, una de las empresas líderes del Grupo Gloria, conversó con ProActivo acerca de los principales detalles de esta obra energética, el clínker, la tecnología y el uso de otras fuentes de energía.
¿Cómo ha sido el proceso de adaptación del proyecto con respecto al avance de las nuevas tecnologías?
La tecnología cambia muy rápidamente año a año. Por eso, debemos estar en constante actualización, no solo en paneles solares, sino también en inversores, tecnología PLC y todo lo relacionado con la transformación eléctrica de alta potencia. Como grupo, estamos abiertos a absorber todo lo nuevo, porque los tiempos cambian. Lo que buscamos es ser más competitivos, ya que en los próximos años, las industrias que no se adapten a la optimización y eficiencia quedarán rezagadas.
¿Qué tan importante es el ahorro que tendrán con esta nueva planta?
Creo que será significativo, pero lo más importante es que nos prepara para ser competitivos no solo a nivel regional, sino continental. Somos la primera planta en la región que se autoabastece de energía verde, un hito importante. Mientras otras empresas dependen de la red nacional, con una mezcla de energía hidráulica, térmica, etc., nosotros tenemos una generación limpia que va directamente a nuestra planta.
En un supuesto caso de que generen más energía de la que necesiten, ¿Qué piensan hacer con ese excedente?
Las inversiones están evaluadas para buscar un balance en la planta y evitar ese escenario. Esta planta no fue diseñada para generar excedentes, sino para consumir toda la energía que produce. Así evitamos generar energía que no podamos utilizar.
¿Han conversado con el COES sobre la normativa para inyectar un excedente a la red eléctrica?
No tenemos permiso para hacerlo, aunque podríamos explorarlo en el futuro. Actualmente, nuestro enfoque es el autoabastecimiento, según lo permite la regulación. Creo que este modelo debería ser replicado no solo por industrias, sino también por gobiernos, para fomentar el uso de energías renovables a nivel nacional.
¿Han recibido asesoría de consultorías externas fuera del Perú?
Sí, contamos con asesores que nos han ayudado en el desarrollo del proyecto. Al adoptar una tecnología nueva, es clave rodearse de los mejores profesionales: tecnólogos, proveedores y especialistas en generación de energía. El éxito de este proyecto radica en que lo hemos hecho “by the book”, siguiendo cada paso para mitigar riesgos.
Este es un gran avance en sostenibilidad. ¿Qué otros proyectos tienen en marcha?
Nuestra meta es alcanzar la carbono neutralidad para 2050. Queremos seguir creciendo en energías renovables, reducir nuestro factor de clínker mediante investigación y desarrollo, y aumentar el uso de combustibles alternativos del 10% actual al 30% para 2030. Esto nos permitirá gestionar mejor residuos como llantas y aceites usados, que generan un impacto ambiental negativo.
El clínker tiene un valor especial en esta zona. ¿Qué pueden decir al respecto?
Producimos un cemento puzolánico de alto desempeño. No solo cumple con las normas técnicas peruanas en resistencia y durabilidad, sino que también es más resistente a ataques químicos y suelos salinos, lo que evita el deterioro prematuro de las estructuras.
¿Cómo están incorporando el hidrógeno en sus procesos?
El hidrógeno actúa como catalizador en nuestros hornos, haciendo que la llama sea más estable y potente, lo que mejora la combustión de los combustibles alternativos. Estamos invirtiendo en investigación para avanzar hacia el hidrógeno verde. Ya tenemos energía solar, y el siguiente paso es analizar bien su implementación según nuestra capacidad de diseño.